A la hora de utilizar un dispositivo tecnológico es usual sentir la paranoia de que uno está siendo observado y se recurre, frecuentemente, al modo “incógnito” para evitar que los movimientos en la web sean registradas.
Sin en embargo, en Corea es imposible escapar a la observancia continua y detallada de las actividades de los internautas en una tablet norcoreana denominada Woolim por los servicios especiales norcoreanos.
Sin lugar a dudas, su característica más alarmante es que cada vez que un usuario abre una aplicación en la tableta, Woolim toma una captura de pantalla para recordarle que está siendo vigilado.
Sucedió que los participantes del congreso anual de “hacking”, llamado Chaos Communication Congress, celebrado en Hamburgo (Alemania), revelaron los detalles de la tableta norcoreana Woolim, tal como informó Vice Motherboard.
Según el hacker Florian Grunow, se trata de una tablet “limitada” que cuesta 200 euros y que no tiene conexión Wi-Fi ni Bluetooth, pero sí funciona a través de las redes 3G para utilizar el sistema de Internet norcoreano, por lo que es útil solamente en aquella zona.
Y, otro dato peculiar de este artefacto fabricado por la empresa china Hoozo y que viene con su propio sistema operativo basado en Android, llamado RedStarOS, es que contiene un lector de PDF con propaganda política de muestra, así como diccionarios de ruso, francés y chino.
De esta manera, este dispositivo oriental se postula como una de las manifestaciones más invasivas para la privacidad de los internautas que, alrededor del mundo, son cada vez más controlados y vigilados por fuerzas especiales, de seguridad y gubernamentales.