El establecimiento del mecanismo de segmentación de los aumentos de las tarifas eléctricas y de gas quedó postergado para junio, a la espera de un decreto del Ejecutivo y una resolución posterior de la Secretaría de Energía que terminen de darle forma. Así lo explicó este sábado Martín Guzmán, ministro de Economía, tras conocerse el viernes las resoluciones por las cuales se establece la actualización tarifaria de ambos servicios. Dichas resoluciones fijaron que las tarifas, a partir de junio, tendrán un incremento promedio para los usuarios residenciales inferior al 42,7%, pero para quienes tienen tarifa social no podrá superar el 21,6%.
“Vía decreto se determinará que la Secretaría de Energía será el órgano de aplicación de las tarifas y establecerá los criterios de segmentación ya anticipados, por los cuales se definirá, de acuerdo a su capacidad económica, qué usuarios están en condiciones de recibir la tarifa plena sin subsidios”, explicó Guzmán en los micrófonos de AM 750, en un extenso reportaje que le dio al programa Toma y Daca.
Durante la entrevista, el ministro enfatizó que Argentina enfrenta “una oportunidad para acelerar el desarrollo energético, que le puede cambiar la vida a la gente, porque a través de tener acceso a una energía más barata, nuestra industria se va a volver más competitiva, con mayor capacidad para generar empleo”.
Con respecto al tema de la inflación –“un problema que hoy preocupa a todo el mundo, aunque la nuestra está en otra dimensión”–, insistió en la necesidad de ordenar la macroeconomía como prioridad ineludible. “Para atacar el problema lo primero es romper la inercia inflacionaria, tenemos una economía muy acostumbrada a la inflación, y para enfrentarlo necesitamos tener políticas macro consistentes, una economía que nos ayude a juntar dólares, a aumentar las reservas en divisas del Banco Central. Teniendo estabilidad cambiaria, baja la inflación”, señaló.
También se refirió al traspaso de la secretaría de Comercio a su área y la posterior renuncia de Roberto Feletti. “Acordamos con el ministro (de desarrollo productivo) Matías Kulfas que era conveniente que Comercio Interior volviera al área de Economía. Lo conversé con Feletti y le propuse seguir en el cargo, porque quería que continuáramos con la política de precios y acuerdos con las empresas. Fue su decisión dar un paso al costado. Ahora estamos trabajando con Guillermo Hang (nuevo secretario de Comercio) para seguir en esa misma línea.”
Subrayó que no habrá cambios en la relación con el sector privado tras la mudanza de la secretaría de comercio y el cambio de titular. “La política de precios es un elemento de la política económica, y hoy estamos en un sendero de recuperación de reservas internacionales que es importante para combatir la inflación, pero también para asegurar que este proceso de crecimiento se mantenga. Para eso, fue imprescindible la renegociación de la deuda. Y una vez que quedó resuelta la refinanciación de la deuda con el FMI, en marzo, quedaron despejadas todas las dudas sobre el programa económico. Eso es lo que estamos conversando con el sector privado, porque para ellos también es muy importante que se vayan alineando las expectativas”.
Cuando le preguntaron sobre por qué los buenos resultados del comercio exterior no se reflejaron en una suba de reservas del Banco Central, Guzmán respondió que “es verdad que no hubo paralelismo entre el superávit comercial y la recuperación de las reservas. Pero en un año en el que hubo saldo comercial favorable por u$s 14.700 millones, la causa por la cual esos dólares no quedaron en reservas fue que se pagaron 8.300 millones en deudas privadas, de empresas que se endeudaron durante el gobierno anterior. Además del pago de 5600 millones al FMI, antes que refinanciáramos esa deuda insostenible que dejó el gobierno anterior”.
El conductor del programa, Mariano Martín, le recordó al ministro que “no fue un funcionario menor” quien cuestionó que pese al superávit comercial, no crecieran las reservas. “Fue la vicepresidenta de la Nación, la ‘accionista principal’ del Frente por los votos que aporta”, le señaló.
A lo que el ministro respondió que “cuando se planteó esta situación de los pagos al exterior de la deuda de empresas privadas, una propuesta era crear un mercado formal financiero” para que las firmas deudoras pudieran comprarle los dólares a quienes quisieran venderlos allí. Guzmán no lo explicó así, pero es lo que habitualmente se denomina “desdoblamiento cambiario”. Implica la existencia de un mercado comercial, donde es el Banco Central el que le compra a los exportadores o le vende a los importadores las divisas “a valor oficial”. Y un mercado financiero o “libre” en el que operan principalmente privados, estableciendo en consecuencia un valor más alto de paridad de acuerdo a la disponibilidad o escasez de oferta.
“Nadie quiso ir por ahí”, sentenció Guzmán. “La alternativa que se ofreció fue establecer una regla por la cual, de cada vencimiento, el Banco Central le daba al deudor el 40% de los dólares que debía pagar, y el otro 60% debía refinanciarlo. Todo el frente que compone el gobierno decidió ir por ese camino. Y pese a la regla (se puso en vigencia a fines de 2020), en 2021 se fueron u$s 8.300 millones”. Ante la pregunta del conductor sobre quiénes habían participado de esa decisión, Guzmán reiteró “todos los sectores, pero no voy a hacer nombres. Cada uno sabe”.