En un hecho inusual del que no se recuerdan antecedentes, el presidente del Banco Central de la República Argentina, Martín Redrado, se negaba a dejar su cargo a pesar del pedido realizado por la máxima autoridad del Estado, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Fue en enero del 2010, cuando Redrado se negó a liberar reservas monetarias de libre disponibilidad para pagar la deuda externa, a través del denominado Fondo del Bicentenario.