El domingo se realizan las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) 2023, un método de selección de candidaturas que define qué partidos estarán habilitados a competir en las elecciones generales y quiénes conformarán sus listas. Para anticipar esta información, y tratando de sortear la veda electoral, varios interesados recurren a los llamados “boca de urna”.
Este tipo de encuesta se realizada a los votantes después de haber salido de las escuelas donde votaron. A diferencia del sondeo de opinión, que consulta por la intención de voto o datos similares, estas preguntan por quién acaba de votar el elector.
Sin embargo, la información recogida mediante este servicio no puede ser publicada en ningún medio de comunicación, ya que de lo contrario se entraría en infracción con lo que dicta la Ley nacional.
Cómo se realizan los “boca de urna”
El politólogo y director de la consultora Solmoirago, Cristián Solmoirago, explicó: “Se hace con un cuestionario de preguntas cerradas, le das las opciones al votante y tiene que optar por uno. Se define con el cliente y muchas veces se hace por categoría. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires, que tiene una boleta muy larga, se podría realizar por Presidente, Gobernador e Intendente de determinado municipio”.
Como toda encuesta, los “boca de urna” tienen un margen de error y depende de que el votante quiera responder. “Se da un factor hoy en día, que es que mucha gente no quiere hablar. Antes era mas fácil, las personas estaban más predispuestas, pero ahora hay un gran número que no quiere responder”.
Otra de las cuestiones que se contemplan es que el encuestado pueda llegar a mentir en su respuesta sobre el candidato que eligió.
Acerca de ese fenómeno, el especialista indicó que se debe a “la apatía, en términos generales. Al igual que está pasando en las encuestas de opinión, la gente está desencantada de la política… Hoy en día pareciera que es un peso ir a votar, cuesta”, aseguró.
La confianza en los “boca de urna” y “mesas testigo”
Solmoirago explicó que este tipo de encuestas “son confiables siempre y cuando se diagrame una muestra representativa”, teniendo en cuenta que se trata de miles y miles de entrevistas que se hacen en un solo día y tan solo en unas horas. El consultor también añadió que los datos se envían y automáticamente al centro de cómputos y se van dando por “cortes” que se hacen cada dos o tres horas para ver la proyección.
Por otro lado, sostuvo actualmente también se trabaja con las mesas testigo, con las cuales no se debe esperar “hasta las 22 horas o más” para conocer la tendencia de la votación: “Con la boca de urna y la mesa testigo ya tenés los datos sólidos”.