¿Tendrá su Vuelta al Mundo la ciudad que yace junto al río?

¿Tendrá su Vuelta al Mundo la ciudad que yace junto al río?

La licitación para construir una gran rueda, que rivalice con las que existen en otras ciudades del mundo, como Londres, Seattle o Singapur, se realizará en unos días.


La Corporación Puerto Madero, que preside Agustina Olivero Majdalani, anunció el futuro lanzamiento de la licitación para la erección de una enorme noria, con la que intentará rivalizar con otras, que son grandes atractivos en importantes ciudades -aunque no tan grandes como Buenos Aires, a partir de ahora-, como London, Las Vegas, Santa Mónica, Seattle, Viena y Singapur.

La rueda gigante -o “vuelta al mundo”, como se llamó a las anteriores, que no eran tan grandes- estaría instalada en las cercanías de la Universidad Católica Argentina y del Dique 2. En unos pocos días se lanzará el llamado a licitación, que será abierto a desarrolladores privados.

La Vuelta al Mundo estará ante uno de los espejos de agua, que se extiende entre las calles Rosario Vera Peñaloza y Azucena Villaflor, detrás de la sede de la UCA. Previamente, la Corporación declaró al sitio “de interés cultural”, para que la rueda no pierda su autoestima.

La rueda de los nombres

Aún no se conoce el nombre que recibirá la criatura, pero para que sirva como guía -aquí se mira y se envidia mucho al resto del mundo-, aquí van algunos nombres de las otras “vueltas al mundo” que proliferan en los países serios.

En Londres hay una, situada a la orilla del Támesis, que se llama “London Eye” (El Ojo de Londres o La Noria del Milenio). No recomendaríamos la adopción de un nombre similar, si se nos permite la confianza.

En Santa Mónica, California (un estado que es un país dentro de los EE.UU.), existe otra, llamada la “Pacific Wheel”, o “Rueda del Pacífico”, que sería una denominación demasiado localista, en vista de que se sitúa frente al océano homónimo.

En este punto, llegamos a Las Vegas y todas las alarmas se encienden al arribar a “La Ciudad del Pecado”. Y Las Vegas no nos desilusionó, ya que la rueda fue bautizada con un nombre que refleja casi como en un espejo su categoría: “High Roller”, que podría ser traducido como “Alto Rodillo”, o “Alta Rueda”, cuya raigambre villera significaría un nombre impropio para un barrio distinguido como Puerto Madero. Pero existe otra acepción del término “High Roller” -y éste sí es el verdadero significado de un monumento radicado en Las Vegas-, que alude a un “Gran Apostador”. Y tampoco esta denominación contaría con una buena aceptación, dada la cercanía de la rueda con la Universidad Católica. Menos aún si se contara con la cercanía del término con el de “Holly Roller”, que define a los seguidores de los pastores protestantes carismáticos, que en las ceremonias se arrojan al suelo y ruedan por él, mientras cantan y gritan, poseídos por el dolor y el arrepentimiento ante sus múltiples pecados. Otro descarte.

Los orientales disfrutan más de la poesía, si puede decirse. La más nueva de las grandes norias que se erigen en otras ciudades del mundo es la “Singapore Flyer”, que está ubicada en la isla de Singapur. Este nombre significa algo así como “volador, o volante o mosca singaporés o singaporesa”. Un nombre poco recomendable para una ciudad que enfrenta al río y no al enorme Océano Índico.

Finalmente, aunque existen otras más, está la “Wiener Riesenrad” o “Gran Rueda de Hierro Vienesa”. Ahí hay una pista, por la que se inclinaría Noticias Urbanas para denominar a la rueda de la ciudad, que significará, indudablemente, un gran atractivo, que podría denominarse “La Gran Rueda Porteña”, o “La Rueda de Puerto Madero”. La cercanía con el Puente de la Mujer también podría terciar en la elección del nombre, ¿porqué no podría llamarse la “Rueda de la Mujer”?

El desafío está lanzado.

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