Entre enero y septiembre, los argentinos compraron 194.000 autos nuevos menos que un año antes. Suele culparse de eso a como se encarecieron los coches y los préstamos, y a la crisis económica. Pero otro fuerte disuasivo para las familias fue pensar que el coche, además de buenos momentos, trae una pesada lista de gastos que, para colmo, vienen creciendo mucho más que la inflación. Tanto que el dinero necesario para mantener y usar un 0 km ya supera al de moverse en taxis a todos lados o al de pagar un alquiler en Belgrano o Recoleta.
Un relevamiento del diario Clarín mostró que, para un vecino de Capital, tener un coche nuevo de cinco puertas de gama baja o media ya demanda al menos $ 4.878 mensuales. O bien, unos $ 160 diarios. Es ese un presupuesto que cubre, sin lujos, los gastos básicos de un vehículo naftero de $ 100.000 a $ 160.000, al que se le da un uso promedio y que “duerme” cada noche en un garaje.
En detalle, se contemplan dos tanques y medio de nafta súper de YPF (casi $ 1.500), una cochera fija ($ 1.200) y el seguro contra terceros ($ 800). Además, el gasto en patente, el primer mantenimiento programado y dos servicios básicos de un lavadero. Se prevén también $ 600 más para otros pagos habituales, como los de arreglos imprevistos, peajes y estacionamientos (los garajes del Centro cobran más de $ 30 la hora y $ 130 la estadía).
En septiembre del año pasado, la misma cuenta daba $ 3.266. Con lo cual, el gasto total creció casi un 50% en el último año. Y eso sumó atractivo a la idea de renunciar al coche para derivar ese dinero a otro destino. Por ejemplo, dejar la casa de los padres y alquilar un departamento, lo que se encareció 27% en 12 meses, según un informe de la Ciudad. O bien moverse a puro taxi, cuyas tarifas crecieron 43% en el mismo período.
La comparación es clara. Hoy los $ 4.878 mensuales que demanda mantener un coche nuevo pagan 60 viajes mensuales en taxi entre Acoyte y Rivadavia y el Obelisco (dos por día), y dejan $ 600 extras para el resto de los traslados, ya sea tomando más taxis o utilizando el transporte público (50 pases de subte, dos por día hábil, salen actualmente $ 284,50).
Para distancias mayores, el dinero también alcanzaría para moverse en taxi, ida y vuelta, todos los días hábiles del mes entre Belgrano y el Microcentro, y disponer de un sobrante similar.
Los casi $ 5.000 al mes, según cifras oficiales, también bastaban en julio para alquilar un departamento usado de 2 o 3 ambientes, de 50 metros cuadrados, en barrios como Recoleta ($ 4.688), Belgrano ($ 4.570), Colegiales ($ 4.435) o Villa Urquiza ($ 4.263), también teniendo un sobrante. Hace un año, el dinero para mantener el auto cubría el 97% de un alquiler promedio; ahora, paga el 114%.
Entre los gastos del coche, el que más viene creciendo es el de mayor peso en el presupuesto: la nafta. Hoy un litro de súper sale al menos $ 11,91: 62,5% más que los $ 7,33 de hace un año, y 99,2% más que los $ 5,979 de octubre de 2012. Para la premium de YPF, el salto en dos años llegó al 106,6%. Frente a eso, la ficha de taxi sólo saltó 74% en el mismo período.
Las subas en garajes superan el 35% anual y las cocheras ya salen un promedio de $ 1.200 en barrios como Colegiales, Palermo, Villa Urquiza, Caballito, Congreso o Flores, con valores que suelen oscilar entre $ 1.000 y $ 1.400.
En seguros, para los coches relevados (que no fueron afectados por el impuesto a los vehículos de “alta gama”), las subas también fueron importantes. Compañías de primera línea ya piden entre $ 600 y $ 1.100 al mes por una póliza de terceros con cobertura antigranizo, y hasta $ 1.800 mensuales por protecciones contra todo riesgo con franquicia.
La patente también subió fuerte, al ritmo del valor de mercado de los coches nuevos. Y en el taller, los services oficiales se encarecieron entre 30 y 60% en el último año.
“Los costos de mantener un coche aumentaron más que la inflación general y que los salarios. Si a esa carga mensual se suman las cuotas de un auto financiado, el total puede hacerse muy grande. Por eso, hay que pensar bien si el auto es realmente necesario. Y en ese caso, buscar reducir los gastos fijos todo lo posible”, explica Mariano Otálora, director de la Escuela Argentina de Finanzas Personales.
Una estrategia que sugiere para lograrlo es no pagar cochera y, con parte de ese dinero, subir el seguro a “todo riesgo”. “Al elegir el modelo, conviene evitar los que están en el ranking de los más robados, porque pagan más seguro. Y con la nafta, se pueden conseguir las tarjetas bancarias que ofrecen descuentos en ciertos días. O bien convertir el coche a GNC, una inversión que se recupera antes del año por el ahorro”, recomienda.
Según lo relevado, usar el auto consume más de $ 58.500 durante el primer año. Lo que representa, al menos, un tercio de lo que costó comprarlo.