A pesar de que el Banco Central (BCRA) continúa con su tendencia de compra en el Mercado Único Libre de Cambios (MULC), no consigue aumentar sus reservas: la autoridad monetaria presenta un saldo de reservas netas negativo de US$ 6.000 millones. La presión por la obtención de dólares se intensifica; este febrero será el último mes en que el blanqueo tendrá efecto y se aproximan vencimientos de deuda en los próximos meses que incrementan la necesidad de financiamiento.
Las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) siguen sin definiciones claras sobre nuevos fondos. El impacto externo complica la recepción de divisas a través de la balanza comercial.
La entidad liderada por Santiago Bausili ha mantenido su tendencia positiva en el MULC durante febrero, acumulando hasta el jueves 6 un total de US$ 579 millones. En enero, las compras superaron los US$ 1.600 millones, respaldadas por una significativa liquidación del sector agropecuario, así como por préstamos y colocaciones en dólares. Sin embargo, estimaciones de LCG indican que al cierre del primer mes del año, las reservas brutas se aproximarían a los US$ 28.310 millones, lo que significó una disminución de US$ 1.302 millones, mientras que las reservas netas finalizaron en un déficit de US$ 7.328 millones, marcando un descenso de US$ 2.792 millones.
El deterioro de las finanzas del Banco Central se atribuye en gran medida a las intervenciones realizadas en el mercado de dólares paralelos, con el fin de regular la brecha cambiaria y mantener el carry, lo que a su vez ha alimentado los pagos de capital e intereses de la deuda. Este escenario pone de manifiesto la vulnerabilidad de las cuentas externas del país. En lo que va de febrero, las reservas han logrado recuperar US$ 1.000 millones, principalmente por la reversión de la caída estacional de encajes que se produce al final de cada mes.
“El BCRA no logra acumular reservas netas, ya que estas se calculan después de descontar los compromisos de pago a los acreedores por el año en curso. La situación para incrementar las reservas es compleja, especialmente en lo que respecta a la cuenta comercial, que se ve afectada por un tipo de cambio muy apreciado que frena las exportaciones y fomenta las importaciones. Por ello, en los últimos meses hemos comenzado a observar un aumento en las importaciones, a pesar de que no se registra un crecimiento en el consumo ni en la industria”, señaló Florencia Fiorentin, economista jefa de EPyCA consultora.
“En términos generales, gran parte del aumento de reservas registrado meses atrás se atribuye al blanqueo de capitales en dólares (a través de encajes) y a los créditos dólar-linked (reflejados en las netas por las compras debido a la mayor oferta en el MULC). Sin embargo, estos efectos empiezan a debilitarse. Aún hay espacio para que los bancos continúen otorgando préstamos en dólares, pero los depósitos no han crecido desde noviembre y, sin nuevos ingresos, esta ‘fuente’ podría agotarse pronto”, añadió Francisco Ritorto, economista de ACM, en diálogo con este medio.
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Esta situación provoca que cada vez más sea fundamental la entrada de financiamiento para sostener la política cambiaria y los vencimientos de deuda que se avecinan, en especial cuando, según estimaciones de la consultora Sarandí y ACM, el nivel de reservas netas actuales ronda en un terreno negativo por US$ 6.000 millones. “En julio cuando haya que pagar el nuevo cupón fuerte de capital e interés de la deuda soberana, creo que van a pedir un nuevo repo y sumar liquidez de esa forma”, sostuvo Sergio Chouza, economista de la Consultora Sarandí.
Las negociaciones con el Fondo adquieren una relevancia creciente y el Gobierno se encuentra enfocado en alcanzar un nuevo acuerdo que aporte capital fresco para incrementar las reservas del Banco Central. Esto se hace particularmente urgente debido al riesgo de una disminución en la entrada de dólares, como consecuencia de la balanza comercial impactada por un tipo de cambio altamente apreciado.
En una entrevista, el presidente Javier Milei declaró que al acuerdo “solo le falta el moño” y precisó que “el programa contempla fondos frescos, sin aumentar la deuda”, ya que “serán destinados a la cancelación de deuda con el Banco Central”. “Ese capital servirá para liquidar la deuda con el Banco Central, la deuda se mantiene constante y se fortalece el balance del BCRA”, enfatizó, añadiendo que esto permitirá “mejorar el patrimonio del Banco Central”.
Por otro lado, el Presidente aseguró que la reducción de las retenciones a las exportaciones del sector agrícola generará un ingreso adicional de USD 5.000 millones a las reservas del Banco Central. Sin embargo, el ingreso de dólares provenientes del RIGI podría enfrentar demoras, pues aunque podría aliviar la situación del BCRA, los resultados de estas inversiones requieren un plazo considerable, dado que se trata de montos tan significativos que el proceso de implementación es necesariamente lento.