Es una de las espadas legislativas del kirchnerismo. Tuvo un rol central en las batallas parlamentaria del Frente para la Victoria (FpV) durante los mandatos de Cristina Kirchner, aunque por estos días está enfocada en otra disputa: la situación de Milagro Sala. A un año de la detención de la líder de la Túpac Amaru, Teresa García apunta contra el gobierno de Gerardo Morales, uno de los principales aliados de Mauricio Macri en el interior del país. “La detención de Milagro es un acto de revanchismo para que a nadie más se le ocurra, en ninguna provincia del país, establecer un modelo, organizar a la comunidad y protestar”, afirma.
Con una extensa trayectoria en el peronismo bonaerense, García arremete contra Julián Domínguez (“me da vergüenza política y personal; debería callarse”) y aboga por una eventual postulación de Cristina Kirchner en las próximas elecciones legislativas. Además, pide que Macri remueva al jefe de la Agencia Federal de Inteligencia, Gustavo Arribas, por sus supuestos vínculos con el caso de corrupción del Lava Jato.
–¿Por qué está presa Milagro Sala? Usted habló de una suerte de “revanchismo” por parte de Gerardo Morales.
–Morales no soporta a ninguna dirigente que tenga la capacidad de organizar a la comunidad, como es el caso de Milagro. No me voy a hacer cargo de una cuestión que está en la Justicia. Eso lo resolverá la Justicia. Siempre y cuando sea justa. Me parece que lo de Morales y su gobierno no lo es. Promovió a dos legisladores radicales como jueces de la Corte provincial. La prisión de Milagro es un acto de revanchismo para que a nadie más se le ocurra, en ninguna provincia del país, establecer un modelo, organizar a la comunidad y protestar. La razón de su detención fue por instigar un acampe. Es vergonzoso. Seguramente, la cantidad de viviendas que hizo y la promoción de la comunidad y de Jujuy son un peligro para el gobernador. Quisiera saber cuánto le cuesta al gobernador hacer una casa y cuánto le costó a Milagro. En esto se cruzan los intereses económicos de las empresas cercanas al poder provincial, y Morales les debe de haber prometido una devolución de gentilezas en la futura repartición de obra pública.
–¿Están pidiendo la intervención federal en Jujuy?
–Primero, pedimos la intervención de la Justicia. Y al mes y medio, la intervención federal. El gobierno de Morales no garantiza los derechos de los pobladores. Todos los que están en Jujuy dan cuenta de un Estado militarizado; está lleno de policías por todos lados. Recordarán la agresión que sufrieron la diputada Mayra Mendoza y otras personas cuando fueron a escuchar el fallo en el juicio de Milagro. Fueron sujetos de una brutal represión, algo que no me asombra. En Jujuy eso pasa todos los días. Seguiremos yendo a visitar a Milagro.
–El Gobierno dice que hay que dejar actuar a la Justicia provincial. ¿Pagará el costo político por su detención? Hay mucha presión internacional.
–Claro. Todas las cosas que están sucediendo en el país tienen una pésima prensa en el exterior. Cuanto más profundizan la persecución política y la represión por medio de la Justicia y los medios de comunicación, más ponen en negativo la imagen del Gobierno. Atentan contra su propio futuro. Tenemos la obligación política de seguir dando lucha por estas cosas. Y el Gobierno de Jujuy no levanta el pie del acelerador con este tema. No creo que el pueblo de Jujuy lo haya votado a Morales para que la ponga presa a Milagro Sala. El mandato popular no fue: “Pónganla presa y de lo demás no se ocupen”.
–¿El Presidente debe apartar a Arribas?
–Si fuera el Presidente, lo llamaría y le diría: “Presentame el movimiento de tu cuenta de los últimos ocho meses o entre agosto y octubre de 2013”. Con saber el origen y el monto de las transacciones, estaría todo saldado. Este funcionario ya estuvo cuestionado cuando su pliego fue enviado al Congreso. Lo cuestionaron Elisa Carrió y muchos organismos entendidos en materia de inteligencia. Sus antecedentes están más ligados a la compraventa de jugadores de fútbol que a la seguridad interior. Y la única virtud de la que ha dado cuenta Macri era que para esa área había pensado en un hombre de entera confianza. Me parece una barbaridad que ni siquiera se hayan dimensionado cuáles eran sus conocimientos en la materia.
–¿Debe removerlo?
–Creo que debería renunciar ante tamaños hechos. Si el funcionario no renunciara, el Gobierno lo debe apartar del cargo. Este hombre maneja los fondos reservados de uno de los organismos más cuestionados.
–¿Cristina tiene que ser candidata en las próximas elecciones o ella es “una etapa concluida”, como dijo Julián Domínguez?
–Julián Domínguez me da mucha vergüenza personal y política. Ha sido el jefe de campaña de Chiche Duhalde, en 2005, cuando confrontó con Cristina. Sin embargo, ha habido mucha grandeza en Néstor y Cristina en sumarlo para colaborar con el gobierno, otorgándole una enorme cuota de confianza. Luego, en una segunda ola de confianza, fue presidente de la Cámara de Diputados. Lo peor que uno puede ser en la vida es desagradecido. Si tiene otro dirigente al que quiere apostar para su futuro político, para salir del llano, lo que debería hacer es callarse la boca. No es necesario hablar mal del jefe anterior para parecer confiable ante uno nuevo. De mínima, le pediría que se callara la boca y siguiera su camino.
–¿Cristina candidata?
–Me encantaría que lo fuera. Sin embargo, es una decisión estrictamente personal. Seguramente, el FpV elaborará una estrategia, en la que definiremos quiénes serán los candidatos. A mí me parece que es la dirigente del peronismo que mejor sintetiza lo que quiere la gente.
–¿La fórmula ideal sería Cristina-Scioli?
–No le podría decir eso porque, tal vez, en la charla o estrategia que tengamos se resuelva que quizás es bueno algún otro dirigente para acompañar a Cristina u otro dirigente en caso de que ella no vaya. No me gusta decir nombres. Le voy a confesar que yo no era de las aplaudidoras de Scioli cuando Cristina decidió que fuera candidato. Sin embargo, cuando la conducción decide una cosa, uno se pone a laburar para ganar la elección. Me gustaría que ella fuera candidata. Si ella resuelve no serlo, discutiremos entre el FpV y el PJ quiénes son los mejores candidatos. Y si hubiera que ir a una PASO, también me parece saludable. Pero no me parece saludable lo de Domínguez.
–¿Lo imagina a Florencio Randazzo en esa interna?
–Es posible. Es un hombre que hizo una gestión muy buena, activa, moderna y de llegada al conjunto de la sociedad. Él tomó una determinación de no ser candidato a gobernador, pero eso no lo invalida para considerarlo un dirigente valioso en la provincia de Buenos Aires.
–¿Coincide con Pichetto en que hay que aumentar los controles al ingreso de inmigrantes?
–Si algo ha caracterizado a nuestro país es, justamente, las palabras de la Constitución Nacional. Somos un país abierto a todo aquel que quiera habitarlo. Hay delincuentes argentinos y extranjeros. El caso de Brian ha habilitado que salga lo peor de muchos dirigentes argentinos. Salir a cazar inmigrantes es un discurso fácil. Lo que hay que hacer es fortalecer la seguridad interior.
–¿Apoya la baja de la edad de imputabilidad?
–Me parece bien fijar un debate del tema. Creo que no se resuelve con bajar la edad de imputabilidad. Hay que mirar a otros países de Latinoamérica desde la inclusión social. A nadie le gusta ser pobre y no tener nada para comer.
–¿El compromiso de Macri con la transparencia es real o es un discurso de campaña?
–Desde que Macri asumió, vemos que [Juan José] Aranguren, que establece el precio del gas en boca de pozo y de las tarifas, tiene sus intereses en Shell. Nunca vimos la comprobación de la venta de acciones de Shell. Lo hemos visto a [Ángelo] Calcaterra involucrado cuando apareció el caso Báez, y comprometidos a [Luis] Caputo y [Gustavo] Lopetegui en la venta de dólar futuro. Es un Gobierno con intereses económicos y comerciales de particulares y empresarios. Estos hechos distan mucho del discurso de transparencia que esgrime Macri constantemente.