Aníbal Fernández volvió a poner en duda la denuncia que el fiscal Alberto Nisman presentó contra funcionarios del Gobierno y dirigentes sociales por un presunto pacto para exonerar a los iraníes acusados por el atentado a la AMIA. Otra vez, el secretario general de la Presidencia no sólo desestimó la posibilidad de que la presentación avance en la Justicia, sino que insistió en su hipótesis de que no fue el fiscal quien redactó la presentación.
“Él no puede haber escrito semejante cosa. Leyendo el SMS que le manda a sus amigos, él habla de la denuncia de su vida. Nadie puede llamar a esa denuncia bochornosa la denuncia de su vida”, señaló en una improvisada conferencia de prensa en los pasillos de la Casa Rosada.
El hasta hace poco senador nacional incluso aventuró que ni siquiera alguien con el conocimiento necesario estuvo a cargo de la redacción del texto: “Estoy convencido de que ni siquiera la escribió un abogado porque no hay un solo dato jurisprudencial”. Por eso, vaticinó que la denuncia “va a terminar como tiene que terminar: en el tacho de la basura”.
Como lo hizo Jorge Capitanich más temprano, Aníbal Fernández se refirió al caso de Damián Pachter, el primer periodista en haber publicado la muerte de Nisman que se refugió en Israel porque temía por su vida. El secretario general de la Presidencia aclaró que si él sintió miedo “no hay forma de que uno pueda rebatirlo”, aunque indicó: “Yo no le puedo quitar el miedo. Él se fue porque no puedo hacerle entender que no tiene razón”.
Minutos después, incluso ironizó: “¿Qué le preocupa? ¿Haber dicho antes lo mismo que dijeron todos ustedes (NdR: se refería a los periodistas que le hacían preguntas) un ratito después?”.
Fernández aprovechó además para defender la decisión de publicar los datos del vuelo que Pachter había sacado a través de Aerolíneas Argentinas a través de la cuenta oficial de Twitter @CasaRosadaAr. “El artículo 10 de la Ley de Datos Personales dice con claridad que los datos personales los puede hacer conocer por decisión judicial y cuando medien razones fundadas de preocupación pública. Este caso es una de ellas. Se ve un miedo infundado y se la hace conocer de la mejor manera que se puede”.
Luego, comparó el caso con el de un enfermo de ébola y dijo que si ingresara un paciente con esta patología el director del hospital tiene la obligación de dar a conocer sus datos.