La bajada de línea es clara: ahora ya está y no se habla más. El fascismo clerical del país se siente triunfante por haber rechazado la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y “aliviada” (en términos de Vidal) por mantener el aborto de manera clandestina en Argentina.
También comenzó una especie de raid policial persecutorio para silenciar, hostigar y aleccionar a quienes buscan salvar la vida de las 41 personas gestantes que por hora se realizan un aborto en condiciones inseguras en Argentina, según los datos que presentó el Ministro de Salud, Adolfo Rubinstein.
En este contexto de ataque a los pañuelos verdes, este martes el Juez de Tierra del Fuego Raúl Sahade libró el allanamiento de dos domicilios particulares y un espacio autogestivo artístico, en el marco de una denuncia realizada por el pastor evangélico Andrés Rubén Díaz, ferviente defensor de “las dos vidas” el lema central de los antiderechos.
Según trascendió las acciones temerarias arrojaron “resultado positivo, logrando secuestrar diversos elementos de interés para la causa”. Los elementos en cuestión son carteles, imágenes, pañuelos, pintura y elementos personales como teléfonos celulares, de quienes se encontraban en los domicilios. Los carteles, imágenes y pañuelos se corresponden con la demanda nacional e internacional de aprobación de una ley de aborto legal, seguro y gratuito.
Desde la Colectiva Feminista Río Grande junto con una decena de organizaciones sociales feministas, denuncian que “el hecho presenta un exceso de persecución penal y desproporcionalidad que tiene como único fin el de perseguir y amedrentar a las personas que militan por la despenalización y legalización del aborto en Argentina”.
Además, aseguran que “esto claramente denota la articulación entre el poder político de turno, los intereses de grupos religiosos y la justicia” y exigen “respuestas claras sobre este procedimiento y conocer a los responsables de este avasallamiento”. El comunicado completo se puede leer en el sitio oficial de Colectiva Feminista en Facebook.
Una de las víctimas de estos allanamientos y miembro de Colectiva Feminista es Gala, quien en diálogo con la radio Futurock contó que “a las 4.40 llegó la Policía. Estaban esperando afuera y no tocaron el timbre. Secuestraron mi teléfono y mi computadora”.
También dijo que “se llevaron mis pañuelos verdes, se querían llevar mi libro sobre cómo abortar con pastillas. Dieron vuelta toda la casa. Buscaban cualquier cosa que fuera de apología al aborto” y que la acusaban de pintar iglesias.
"Al principio sentí miedo, pero ahora siento amor por mis compañeres feministas. Vamos a hacer Justicia", Gala (integrante de Colectiva Feminista de Río Turbio y una de las allanadas) en #ALosBotes ? https://t.co/VHIKohekFe pic.twitter.com/qOpMc8IQCL
— Futurock.fm (@futurockOk) August 15, 2018
Nos tienen miedo porque no tenemos miedo. Saben que no vamos a parar hasta que no haya ni una muerta más.