Según el propio Poder Ejecutivo, el gobierno de Mauricio Macri destinó el 83% del crédito stand by otorgado por el Fondo Monetario Internacional a la Argentina a pagar la deuda externa adquirida en los primeros tres años de su administración.
El crédito del FMI al gobierno de Macri fue de 56.300 millones de dólares, y se convirtió en el más grande de la historia del organismo de crédito internacional. Sin embargo, la administración de Cambiemos sólo recibió US$ 44.300 millones.
En septiembre, el FMI debería haber transferido el último tramo del año, por US$ 5.700 millones, pero la contundente derrota sufrida por Macri en las PASO terminó frenando el nuevo desembolso. De acuerdo al informe oficial elaborado por el Ministerio de Hacienda y difundido este lunes, de la plata enviada por el FMI sólo quedan disponibles poco más de US$ 1.900 millones.
El futuro presidente Alberto Fernández había advertido tras las primarias de agosto que la plata del FMI se usó para “fugar capitales”. Fernández alertó que el préstamo del Fondo no generó los resultados esperados y advirtió que “la economía real no ha dejado de contraerse, el empleo y la situación de las empresas y las familias de empeorar, la inflación no ha tenido una trayectoria descendente sostenida y el endeudamiento público no ha dejado de crecer”. Fernández mostró su “preocupación por el hecho de que los créditos otorgados por el FMI al Gobierno Nacional hayan sido utilizados, en gran parte, para financiar la salida de capitales”.
“El último desembolso ha sido íntegramente destinado a financiar la fuga. Este fenómeno constituye un incumplimiento flagrante a lo dispuesto por Artículo VI del Acta Constitutiva del organismo”, había advertido Fernández en un duro comunicado.
La semana pasada, Fernández mantuvo su primera conversación con la nueva jefa del Fondo, la búlgara Kristalina Georgieva, que fue bien recibida por ambas partes. Pero la nueva número uno del organismo había alertado que el plan económico argentino debía tener “viabilidad fiscal”. Fernández también dijo lo suyo, al advertirle que estaba dispuesto a renegociar el acuerdo pero que era inviable hacer más ajustes en una economía exhausta.
“Entiendo la relevancia de la viabilidad fiscal, no me tiene que convencer de eso. Pero es mi deber anticiparle que en la situación en la que se encuentra la economía argentina es difícil propiciar un mayor ajuste”, le dijo Fernández. El futuro presidente señaló:
“No podemos hacer más ajustes fiscales porque la situación es de una complejidad enorme, el nivel de ajustes en la era de Macri ha sido tremendo”.