Trabajadores de gimnasios reclamaron la reapertura frente a la sede del GCBA

Trabajadores de gimnasios reclamaron la reapertura frente a la sede del GCBA

"La situación es grave y apelamos a las autoridades para que autoricen la vuelta al trabajo”, indicaron.


Tras más de seis meses de cuarentena, luego de que desembarcó el coronavirus en el país, los gimnasios están en la cuerda floja y vuelven a exigirle al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, la reapertura. Si bien han recibido promesas y fechas de aperturas, aunque sea parciales, todavía no hay nada seguro. Y por ese motivo, empleados y dueños de gimnasios se movilizaron este viernes a la sede del Gobierno de la Ciudad en Uspallata, Parque Patricios, para reclamar el regreso a la actividad con protocolos estrictos.

En tanto, se espera que la próxima semana se ponga en agenda el tema para discutir si, finalmente, las instituciones deportivas abrirán sus puertas en la próxima etapa de flexibilización.

Antes del aislamiento, en la Ciudad funcionaban 1.350 gimnasios, nadie sabe cuántos sobrevivirán. Los dueños de los gimnasios creen que la definición para la apertura se dilata, afirman que tienen los protocolos necesarios para garantizar medidas sanitarias, informa Clarín.

La reapertura de los gimnasios sería una de las propuestas que llevará el Gobierno porteño a la Nación para avanzar con el plan gradual de puesta en marcha de la Ciudad, que el Ejecutivo presentó hace dos meses y fue adaptando en función de la evolución de la curva de contagios.

“Los dueños de los gimnasios y los trabajadores estamos destrozados”, dicen a Clarín desde el sector. A la convocatoria de Gimnasios unidos argentinos, también se sumó la Unión de Trabajadores de Entidades Civiles y Deportivas (UTEDyC), que a través de un comunicado expresó el pedido a las “autoridades nacionales y locales. Estamos preparados para trabajar en forma segura y con protocolos aprobados. Si los gimnasios continúan cerrados, perderemos las fuentes de trabajo. La situación es grave y apelamos a las autoridades para que autoricen la vuelta al trabajo”, expresaron desde el gremio.

En diferentes distritos del conurbano ya se dio la habilitación “por prescripción médica”, que tiene que ver con personas que necesitan algún tipo de rehabilitación física o psíquica. Para demostrarlo, deben presentar una orden médica. Así, abrieron locales en municipios como Tres de Febrero, San Vicente, Ezeiza, San Miguel, José C. Paz e Ituzaingó, entre otros. También se sumó San Isidro, en donde las aperturas fueron decisión de la intendencia, a cargo de Gustavo Posse. En el municipio volvieron el 14 de septiembre con protocolos que impiden actividades grupales y de contacto, que exigen ventilación natural y la presentación de un apto médico por parte de los socios. Los protocolos establecen que no pueden usarse vestuarios e instalaciones comunes, y tampoco los natatorios.

“Los gimnasios son agentes de salud”, dice la petición que en la plataforma Change.org que ya firmaron casi 50 mil personas. Está destinada a juntar adhesiones para presentar ante el Ministerio de Salud de La Nación, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires y también el de la Ciudad.

“Los clubes y gimnasios contribuyen al bienestar físico y psíquico de la población y por ello queremos ser reconocidos como agentes de salud”, se argumenta en la petición, y agrega: “El 65% de los argentinos son sedentarios. La inactividad física es uno de los factores de riesgo que mayor impacto tiene en el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, enfermedades respiratorias crónicas, cardíacas y diferentes tipos de cáncer”.

Según datos de la cámara, en los 1.352 gimnasios de la Ciudad había hasta marzo 650.000 socios. Además, generan unos 17.000 empleos directos que corren mayor riesgo a medida que avanza el tiempo sin poder trabajar.

El protocolo establece que cada usuario limpie y desinfecte los elementos que utilice. Además, el personal de limpieza organizará el trabajo según los turnos que se les otorguen a los socios. Tendrá la obligación de llevar un registro de limpieza y se prevé la colocación de postas con alcohol en gel cada 50 metros cuadrados.

En el acceso se hará control de temperatura para el personal y los socios, que tendrán que sacar un turno previo para asistir al gimnasio. En los salones se permitirá el uso del 50 por ciento de la capacidad (una persona cada dos metros) y se dispondrán las máquinas de manera tal que haya espacio dos metros entre una y otra. Y se estipula también que cada establecimiento provea al personal de tapabocas, antiparras y otros elementos de protección. Además, se suspenderán las actividades que impliquen contacto y se recomienda disponer las cintas para correr en la misma dirección y cerca de ventanas o lugares que garanticen la ventilación.

Para el uso de los vestuarios también se establece garantizar los dos metros de distancia entre una persona y otra. Esto tiene que ver sobre todo con el uso de las piscinas, ya que la natación es una actividad que demanda el uso de vestidores.

Para las piletas también hay indicaciones establecidas. El protocolo publicado afirma: “El agua clorada y adecuadamente tratada tiene un poder desinfectante que minimiza el contagio de enfermedades infectocontagiosas por esta vía. Por el momento no está demostrada la transmisión del virus Sars-Cov2 a través del agua”.

Para el funcionamiento de los natatorios está previsto tomar medidas de límite de ocupación con turnos previos, la adaptación del ancho de los carriles, limitar el uso de elementos como flotadores o tablas e “intensificar la limpieza y desinfección de las áreas comunes”.

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