La diputada Elisa Carrió denunció a Arribas ante la justicia en enero pasado, luego de que el diario La Nación publicara una investigación del periodista Hugo Alconada Mon en la que informaba que el titular de la AFI, Gustavo Arribas, habría recibido cinco transferencias millonarias del financista brasileño Meirelles. El empresario está involucrado en la causa ‘Lava Jato’ y, según su última declaración, reconoció el pago de “coimas” al titular de la AFI por un monto de 850 mil dólares que se habrían hecho efectivos a través de 10 operaciones bancarias.
De esta manera, a partir de la denuncia de Carrió, Gustavo Arribas puso bajo la lupa a todos los integrantes de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Los cambios serán en áreas tan delicadas como las direcciones de Finanzas, Contrainteligencia, y Delegaciones, además de cambiar a los jefes de las bases en cuatro provincias.
Semanas atrás, Carrió acusó a la subdirectora de la AFI, Silvia Majdalani, de haber sido quien dio la orden de espiarla y pidió públicamente que el presidente Mauricio Macri la eche. Seis días después, la líder de la Coalición Cívica y aliada al PRO se reunió con Arribas y se retractó con cierta sutileza al comunicar, a través de twitter, que desde la agencia de inteligencia no la espiaron durante un viaje que había realizado a Paraguay en donde se reunió con el ex espía del Ejército Argentino Alejandro Camino.
Tal vez, la salida del director de Finanzas, Juan José Galea, haya sido el gran tiro de Carrió. El agente había sido uno de los alfiles del desaparecido abanico de medios del Grupo Veintitrés, que comandaba el empresario Sergio Szpolski, y durante la presidencia de Fernando De la Rúa había desempeñado el mismo cargo en la entonces SIDE que dirigía el banquero Fernando De Santibañez y Darío Richarte. La diputada siempre apuntó contra Galea, al que se lo señaló como parte del engranaje del presidente de Boca, Daniel Angelici.
Diego Dalmau Pereyra, director de Operaciones de Contrainteligencia, dejaría el área. Llegó a ese cargo a pedido de Majdalani y antes fue profesor de la Escuela de Inteligencia Nacional (ENI). Dalmau también fue apadrinado por otro amigo de Majdalani, Jorge Lucas, ex director de Contrainteligencia de la SIDE en épocas de Hugo Anzorregui. Lucas es asesor externo de la vicedirectora de la AFI. Majdalani es consuegra de Hugo Anzorregui, su hija Laura está casada con Martín Anzorregui.
El director de Delegaciones, Eduardo Winckler, también podría armar sus valijas. Además de cobrar su importante sueldo como jefe de los espías que reúnen información en el interior, también lo hace como empleado del Senado. Pero eso no sería el motivo de su salida. Desde hace años Winckler se pasea entre la Biblioteca del Senado y la Bicameral de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia, intocable Comisión por la que pasó Majdalani mientras fue diputada del PRO. Junto a él podrían irse los jefes de las bases de cuatro provincias en las que no gobierna ninguno de los socios de Cambiemos.