El ministro de Educación, Nicolás Trotta, afirma en una entrevista con Noticias Urbanas, que la Ciudad debe presentar al Ejecutivo nacional “datos epidemiológicos objetivos” que permitan unificar la mirada con el resto de las jurisdicciones, para llevar “tranquilidad a la comunidad educativa”.
-¿Es posible un acuerdo con la Ciudad o no habrá clases hasta que llegue la vacuna?
-No. Las clases presenciales han vuelto en otros lugares del país, así que somos promotores del regreso a las aulas. No hace falta una vacuna para regresar a las aulas. Hemos regresado en cinco provincias. En tres hemos tenido que retroceder porque cambió la realidad epidemiológica. Pero La Pampa y Formosa están con clases, aplicando protocolos y distanciamiento, en un proceso de regreso gradual. Otras provincias también están trabajando para proyectar el regreso en departamentos y distritos, no en todo el territorio. La particularidad que tiene la Ciudad es que un distrito único, es difícil segmentarlo.
-¿Cómo califica la reunión con la Ciudad?
-Fue positiva. Acordamos ciertos aspectos y tenemos diferencias en otros. Diferimos en la mirada epidemiológica. A partir de los protocolos aprobados, que también votó la Ciudad el 2 de junio pasado, se establece que para el regreso en las zonas urbanas tiene que haber nulo o muy bajo nivel de contagio. Y en la Ciudad seguimos teniendo un nivel de circulación muy alto, más allá de que el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, explica que se ha mejorado la curva de contagio. Los números siguen siendo muy altos. La Ciudad está en el segundo o tercer lugar en cantidad de contagios, dependiendo el día. Quirós dice que es imposible que ese escenario de contagios muy bajos o nulos se dé en la Ciudad.
Entonces, lo que planteamos es la construcción de datos epidemiológicos que permitan unificar la mirada entre Nación, Ciudad y otras jurisdicciones con grandes centros urbanos, como Buenos Aires, para generar indicadores objetivos.
No tiene que existir una disputa sobre si están dadas o no las condiciones, tiene que ser una construcción epidemiológica objetiva.
-¿Serían datos y cifras para demostrar que pueden retornar las clases?
-Que se construya un indicador epidemiológico, que sea aprobado por el Consejo Federal de Educación y después sea aplicado en las grandes ciudades argentinas.
A partir de los protocolos aprobados, se establece que para el regreso en las zonas urbanas tiene que haber nulo o muy bajo nivel de contagio. Y en la Ciudad seguimos teniendo un nivel de circulación muy alto, más allá de que el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, explica que se ha mejorado la curva de contagio.
-¿Espera que las clases vuelvan en todo el país antes de fin de año?
-Esa es nuestra expectativa. No tengo un horizonte determinado. La Ciudad es muy positiva en que va ir cayendo la curva de contagios. Si eso ocurre y podemos construir estos indicadores que le den tranquilidad a toda la comunidad educativa, puede ser.
-¿Las diferencias políticas complican la lucha contra el virus?
-No deberían. Todos los temas terminan siendo políticos. Pero creo que la manera de desactivar cualquier mal interpretación es crear indicadores objetivos epidemiológicos.
Tanto el gobierno de la Ciudad como nosotros queremos promover el regreso a la escuela, pero también el cuidado de la salud. Podemos diferir legítimamente en muchos de estos aspectos, pero hay que encontrar el camino común.
-¿Preferiría que las clases vuelvan al mismo tiempo en todo el AMBA?
-La verdad es que hay una complejidad de tránsito entre docentes y estudiantes dentro del AMBA y fuera del AMBA. Tener una mirada como región metropolitana es saludable. Luego, según el marco normativo, la decisión final es del jefe de gobierno y del gobernador.
-¿Le preocupa el impacto de la extensa cuarentena en la educación de los chicos?
-El impacto educativo y subjetivo es profundo. Por eso, promovemos el regreso a las aulas, pero no es una cuestión de deseo, sino de responsabilidad. Si manifestamos que no se puede volver en este momento, es porque creemos que los indicadores epidemiológicos no permiten un regreso a las aulas. Ahí tenemos una mirada distinta, que excede al Ministerio de Educación, porque es la postura de los especialistas y de la cartera de Salud nacional.
-¿Lo inquieta el derrumbe del PBI por la cuarentena?
-Claro que preocupa. A pesar del despliegue que ha hecho el Estado argentino, el impacto es profundo en la economía. ¿Cuál es la complejidad adicional que tiene nuestro país? Que tuvo que enfrentar la pandemia en una recesión económica que llevaba dos años y un Estado argentino que tenía desarticuladas sus capacidades de respuesta. También se llevó adelante una negociación por el enorme endeudamiento. Eso complejiza.
Pero hubo uno de los despliegues más marcados de la región para contener el impacto. El nuestro es un Estado que dice presente para tratar de contener el impacto social y económico que, por supuesto, es profundo.
-Aumentaron el desempleo y la pobreza.
-En el mundo, no sólo en la Argentina. Tenemos que transitar dos desafíos de manera simultánea: la pandemia y una recesión de más de dos años. Es difícil comparar un país con el otro sino analizamos las realidades que cada nación estaba atravesando al momento de ser impactado por la pandemia.
A partir de un Estado presente, que tenga la capacidad de articular con todos los actores sociales, se puede acelerar la marcha de una recuperación económica.
-¿Está de acuerdo con la movilización que preparan el PJ y la CGT para el 17 de octubre?
-Hay que ver qué expresiones se van a manifestar. Lo más importante es la generación de distintos ámbitos de participación. Tenemos que ser muy cuidadosos con cualquier esquema de movilización en el marco de la pandemia. Es importante que haya muestras de respaldo a todas las políticas que está impulsando el gobierno nacional. Tenemos que recostarnos más en la tecnología para dejar testimonio de esos respaldos, más que movilizarnos. Tenemos que ser muy cuidadosos para entender la complejidad de lo que estamos pasando. Hay provincias que están atravesando el coletazo más duro de la pandemia.
-¿Es una respuesta a las últimas protestas opositoras?
-No sé si son protestas opositoras. Es un momento difícil de la sociedad. Quienes tenemos mayor responsabilidad debemos generar diálogos y consensos. La recuperación que necesita nuestro país demanda de un oficialismo con capacidad de diálogo, pero también de una oposición que no descalifique y sea responsable.