Karl Marx, uno de los grandes pensadores del Siglo XIX, comienza su libro “El 18 Brumario de Luis Bonaparte” con el siguiente párrafo: “Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa”.
Y la política es justamente eso que pasa mientras se va construyendo la historia y su narrativa, aunque no se pueda ser muy consciente en el momento o, al menos, atravesarlo de una forma más racional. Lo emocional siempre está presente.
La Argentina se encuentra en un camino de mucha turbulencia social, económica y política, que intenta sortear con algo de certidumbre, ya que falta poco para ir a las urnas nuevamente.
A pesar de transitar el tramo final que definirá el rumbo del país, las expectativas no son muchas y las esperanzas se desvanecen en el aire. El escenario político pareciera estar congelado en el tiempo, hasta que los resultados electorales comiencen a mover las piezas.
El Poder Legislativo se prepara en el medio del caos
En el oficialismo celebraron la buena performance que tuvo su candidato, Sergio Massa, en el debate presidencial, aunque intentan manejarse con cautela porque nada está escrito. El clima de no saber qué harán los indecisos está latente y será definitorio.
Más allá de que Unión por la Patria tendrá un peso significativo en el Congreso de la Nación debido al 36,78% que logró el ministro de Economía en las elecciones generales, los legisladores nacionales aún no dan por sentado nada.
También, desde el núcleo más duro del Gobierno se apunta a ir por todo y posicionarse como una fuerza hegemónica, ya UxP se quedó con la primera minoría en la Cámara de Diputados y está muy cerca del quórum propio en el Senado de la Nación.
De esta manera, Massa tendría asegurada la gobernabilidad y el llamado a la ‘Unidad Nacional’ le daría un mayor margen para negociar y, en sus primeros 100 días de gestión, activar el paquete de medidas que viene preparando.
Además, en el caso de que UxP no ganase el próximo 19 de noviembre, la coalición quedaría como la principal fuerza opositora, gracias a los escaños que consiguió en la contienda electoral y que reconfiguró al Poder Legislativo.
En el espacio que conduce el tigrense se manejan entre la confianza y la prudencia, de cara al balotaje. Apuntan a que están frente a una de las elecciones más cerradas y competitivas de los últimos años, incluso superando a la de 2015, cuando se dio el mismo escenario de segunda vuelta entre el expresidente Mauricio Macri y el actual embajador de Argentina en Brasil, Daniel Scioli.
Por otro lado, el candidato libertario Javier Milei quedó muy debilitado tras el debate presidencial, porque no supo aprovechar los momentos de confrontación con Massa, quien lo acorraló con la frase “por sí o por no” que luego se volvió viral, entre otros momentos incómodos que vivió.
Al diputado nacional se lo vio inseguro, nervioso y dubitativo, pero desde La Libertad Avanza se mostraron optimistas debido a que no se enojó y pudo mantener cierta templanza, algo que le venían pidiendo en el partido.
La situación para el libertario es diferente, debido a que si bien los votos que cosechó en los comicios del 22 de octubre le brindaron un aumento de bancas en el Poder Legislativo, lo cierto es que no le alcanzará para poder manejarse holgadamente al momento de aprobar leyes.
Por estas horas, desde el Pro están ayudando al economista con la fiscalización a nivel nacional y ya se especula con una posible alianza legislativa, después del 10 de diciembre.
Cabe destacar que en el caso de que Milei pierda la oportunidad de ocupar el sillón de Rivadavia habrá que ver qué sucederá entre una parte de Juntos por el Cambio y los libertarios. ¿Seguirá el apoyo a pesar de la derrota electoral?
La conformación del nuevo Congreso tampoco dejaría al legislador nacional como la principal fuerza opositora, ya que ese rol pasaría a cumplirlo JxC, si es que sigue existiendo y si es que Milei no llega a la Presidencia.
La cuenta regresiva comenzó y el interrogante sobre qué sucederá con el Poder Ejecutivo pasó a manos de la sociedad, que hoy se encuentra entre la esperanza y la apatía total.
Sólo restan días para saber con qué Presidente tendrá que negociar el Congreso, en medio de una economía que tiene severos problemas y que será la materia más importante a resolver.
