Un peronismo que pelea hacia adentro pone en cuestión su propia esencia

Un peronismo que pelea hacia adentro pone en cuestión su propia esencia

Máximo ataca a Axel. Axel construye. Cristina es ecuménica. La disgregación. La bajeza. Schiaretti y su ambulancia.


E l gigante invertebrado que es en estos momentos el peronismo, apenas da señales de vida y cuando las emite, son tan equívocas que demuestran la confusión que reina en la conducción, entre sus referentes y aún entre su militancia, que opera en el territorio, pero no encuentra eco en los acolchados salones en los que su conducción se refugia para no escuchar sus voces disidentes.

Todo es caos hacia el interior. Tan profundo es el nivel de dislate, que el único referente importante que queda en pie a nivel nacional -a nivel provincial hay otros-, está siendo atacado desde su propia retaguardia, para peor, por sus propios amigos, devenidos por estos días en ex amigos, pareciera.

Cristina, entretanto, confortablemente instalada en la trastienda, habla, exige, pide y se reúne con la Juventud Sindical, con referentes de los movimientos sociales, con intendentes y con dirigentes de variadas extracciones. Su aspiración de máxima es ubicar a Máximo como gobernador o, al menos, como referente de la política peronista. El problema es que ambos se sitúan por fuera de la estructura y de los “cuerpos orgánicos”. Así no se va a ningún lado en el peronismo. Para peor, su intento de trasvasamiento del poder hacia La Cámpora no funcionó, porque Máximo no es Néstor, ni es su heredero político. Estos no son tiempos de “orgas”. Hay demasiados cabos sueltos en el territorio y los libres operan por su cuenta, sin respetar órdenes de nadie. Individualismo exacerbado, se llama y es el signo de estos tiempos. Lo contrario sucede con los apóstoles ciegos, que repiten consignas sin cesar, pero son incapaces de conectar con los sentimientos de la masa peronista.

De todos modos, los peronistas respetan mucho a Cristina, aunque muchos consideran que en este tiempo se encuentra orinando fuera de la bacinilla. Saben de su capacidad, pero no seguirán sus pasos actuales en la política. Sus seguidores siguen siendo muchos, pero en estos días se parecen más a una exótica secta oriental que a militantes de un proyecto político. El sectarismo produce esos efectos desastrosos en el accionar de “orgas” como La Cámpora.

La disgregación

A esto hay que sumar que durante los 12 años del kirchnerismo, tanto Néstor como Cristina concentraron el poder en sus manos y eso generó desorganización. No hay respuesta hoy cuando un líder peronista llama, porque no hay cadenas de mando. Hay demasiados eslabones rotos por la acción de la herrumbre de la intemperie.

En este marco, el peronismo no funciona. Si el gobernador de la provincia más importante del país es amonestado en público por un dirigente secundario, que no respeta su jerarquía, ni se alinea con sus decisiones, algo está fallando. Ya no es necesario el antiguo verticalismo, en el que nada se discutía, como solía ser en el peronismo. Pero la anarquía es un factor disgregante. Es tan nociva la obediencia ciega, como el individualismo que desmorona a una organización.

La fórmula que se pretende construir ahora es que para 2027, se unifique en la figura del próximo presidente la conducción del Estado con la conducción política. Si el dirigente máximo no concentra poder, las batallas futuras van a significar sólo una cosecha de derrotas. Quedó demostrado durante los doce años de gobierno entre 2003 y 2015. Hubo distribución del ingreso, hubo grandes avances en materia de derechos sociales, hubo actividad industrial. Pero no se modificó la matriz económica que dejó instalada la era Videla-Martínez de Hoz. Ni siquiera fue derogada la Ley de Entidades Financieras, que le entregó todo el poder a los bancos. Y el Comité Federal de Radiodifusión que instituyó la dictadura en 1980 recién fue reemplazado por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual N° 26.522 en 2009. Fue una medida positiva, debida a una campaña realizada por periodistas, radios comunitarias y el resto de los actores de la comunicación de todo el país. Pero hubo debilidades y carencias en su implementación y la concentración de los medios de comunicación en pocas manos goza de excelente salud.

Si no existiera un fuerte proceso de unificación de las consignas políticas, con una fijación muy concreta de las prioridades y los desafíos de la etapa, el neoliberalismo seguirá destruyendo el país, sin solución de continuidad.

El peronismo, alejado ya de sus doctrinas originales, no es ya “el hecho maldito del país burgués”. En estos días se recuerdan glorias pasadas, se rememoran épicas gloriosas que figuran en los libros de la buena historia argentina, pero se homenajea a sus héroes sin imitarlos.

La bajeza en los planteos políticos proviene en estos días de un oficialismo libertario que gobierna sin corazón, reprime sin medida y destruye lo poco que queda de una matriz productiva que fue una gloria de aquellos tiempos fundacionales del peronismo. Por eso, la única esperanza reside en construir una opción superadora, quizás más amplia y abarcadora que las actuales, que sólo destilan infames insultos diariamente, sin hacer política. Sólo destilan odios y palabras falaces, que confunden a las personas y ocultan el destino al que se las somete.

¡Que coincidencia indescifrable, la que hace que gloria y gorila sean palabras que se escriben con las mismas letras! Para peor, la infamia no morirá, por ahora. Enfrente de La Libertad Avanza existe una serie de dirigentes que se limitan a votar en contra todas sus iniciativas parlamentarias, a negar sus acusaciones y a desmentir que el Estado sea un obstáculo para gobernar, pero sin proponer nada a cambio.

El peronismo no K: Pasando con la camilla por el Valle de los Caídos

Por su lado, el persistente Juan Schiaretti volvió a subirse a la ambulancia. Cuando se realicen las elecciones internas del peronismo, convocadas para el 17 de noviembre, el cordobés procederá a recoger a los que se quedaron afuera o que no consiguieron lo que esperaban e intentará volver a representar a ese diez u once por ciento que se supone que suma el Peronismo Federal.

Para reeditar Hacemos por Nuestro País -la versión nacional de Hacemos por Córdoba- cuenta por ahora con Florencio Randazzo -el herido más grave de la enfermería kirchnerista-; Miguel Ángel Pichetto -otro alcanzado por la metralla política-; Emilio Monzó -un eterno lesionado, primero por el kirchnerismo, luego por Macri, ahora por Milei-; Nicolás Massot -despedido del tren de la alegría de Macri- y, si fuera posible, ya que tiene otras ofertas, Horacio Rodríguez Larreta, el mutilado por la metralla de Pato Bullrich. El herido por antonomasia, se podría decir.

Schiaretti reclutó también a otro mortificado por Unión por la Patria y pretende que llegue con algunos colegas. Se trata del intendente de Tigre, Julio Zamora, que carga con la desgracia de ser coterráneo de Sergio Massa y Malena Galmarini, a quien le birló la intendencia. El cordobesista quiere que Zamora llegue acompañado por otros dos rebeldes, Fernando Gray y Juanchi Zabaleta. El primero fue desplazado de la presidencia del PJ provincial cuando le fue atribuida a Máximo Kirchner y el segundo fue convocado a formar parte del gabinete nacional cuando era intendente de Hurlingham y lo sucedió interinamente un militante de La Cámpora, Damián Selci, que finalmente la ganó en las PASO en 2023 y lo reemplazó al frente de la intendencia. Esa herida sí que le debe haber dolido al bueno de “Juanchi”, por lo que es el perfecto paciente para la camilla de Schiaretti.

Es proverbial hace ya muchos años la tarea divisionista que lleva adelante Schiaretti, que con una difusa imagen peronista fraccionó muchas veces al electorado peronista en el interior y luego le entregó la provincia, primero al menemismo y luego al Pro. Hasta hace pocos días, le garantizó “la gobernabilidad” a Milei, con votos de sus diputados y hasta con funcionarios en el gabinete. Como ya va siendo hora de “armar” las listas para las elecciones legislativas del año próximo, con la excusa de oponerse al ajuste para las provincias que quiere imponer LLA, rompió su alianza hasta octubre de 2025, cuando volverá al redil, se arrepentirá y luego seguirá siendo un amigo fiel del neoliberalismo.

¿Existe un caos ordenado, o es un caos aparente?

En estos tiempos en los que los presidentes se ensañan con los débiles en público, mientras que en privado lamen las botas del poder, es necesario recordar a los que nos precedieron. Hace algunos años, en una exposición que realizó en la Librería de Ávila, la ex defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires y cofundadora de esta publicación, Alicia Pierini, propuso el regreso de la concepción que planteaba que el alma de las personas era el primer elemento a preservar en el accionar político.

En este contexto, el Papa Francisco declaró hace algunos días -ante tantas ausencias- que el día en que se votaba la ley de aumento a los jubilados, ante una manifestación de miles de personas, que eran “obreros y gente que pedía por sus derechos en la calle, la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay: es un gas pimienta de primera calidad. ¿No tenían derecho a reclamar lo suyo, porque eran revoltosos, comunistas? El gobierno se puso firme y en vez de pagar con justicia, pagó con pimienta. Le convenía”.

Néstor Borri, director de Factor Francisco, dijo a la Agencia Paco Urondo que “no es casual que Milei haya tomado como enemigo, como Satán, al Papa Francisco, más allá de que después atemperó un poco. El problema no es sólo electoral, no es ése el peor problema que tenemos. Hay algo que se pone en juego en la Argentina que tiene que ver con nuestro destino como nación, como comunidad, como identidad”. Luego, advirtió que “hay que recordar algo que decía Margaret Thatcher, que hay que tener muy en cuenta. Ella decía que el camino es la economía, pero que el objetivo es el alma. Eso lo dijo Marcos Peña también. Ahora eso lo expresa Milei. Eso está en juego en Argentina”.

El capitalismo salvaje

El fraile franciscano brasileño Leonardo Boff, que es teólogo y filósofo planteó en si libro “La fuerza de la ternura-Pensamientos para un mundo igualitario, solidario y lleno de amor”, que “para convivir humanamente hemos inventado la economía, la política, la cultura, la ética y la religión. Pero en los últimos siglos lo hemos hecho bajo la inspiración de la competencia de todos contra todos. Eso ha generado la falta de solidaridad, el individualismo, la acumulación privada y el consumismo irresponsable. ¿El resultado? Un aislamiento aterrador y una deshumanización profunda”.

Luego Boff advierte que “este ciclo se debe cerrar, de lo contrario conducirá a la Tierra y a la humanidad a un callejón sin salida y sin retorno. El remedio está en nosotros: la cooperación que genera la comunidad y la participación de todos en la construcción de un mundo en el que todos quepamos y podamos vivir mínimamente felices”.

El mundo que Boff describe no nos es ajeno. En Argentina presenciamos diariamente el saqueo de los salarios, la imposición absolutamente impiadosa de altísimas tarifas a cambio de servicios tan pobres como nosotros mismos, las efusiones de un tóxico gas pimienta como única respuesta al empobrecimiento por el que protestamos y el descarado exhibicionismo de opulencias malhabidas. Apuntamos una digresión: un aerosol de gas pimienta cuesta unos 300 mil pesos, es decir, mucho más que una jubilación mínima. Y los aerosoles no se compran de a uno. La caja viene con diez productos, equivalentes a tres millones de pesos. Casi un insulto.

En un país entregado a la iniquidad, al simulacro y al lenocinio, los únicos que pueden triunfar son los felones. Y los felones son felices felando. Ésa es la mejor definición del capitalismo que nos somete en estos días.

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