En los albores de esta efímera campaña para las primarias, se notó claramente la dificultad del peronismo para arrancar, ya que es un movimiento político que contiene una enorme diversidad y que debió aunar intereses tan disímiles como, por ejemplo, el mundo LGBTQ y el sindicalismo. Esto ocurrió porque la conciencia de la unidad fue híper tomada en cuenta en esta etapa y eso obligó a convocar a todos los sectores.
Indudablemente, el que quiere celeste que le cueste, pero aunar el discurso irreverente y rebelde de la casi adolescente Ofelia Fernández con el “institucional” del secretario general del gremio de la Sanidad, Héctor Daer, es una cuestión de orfebrería política. Por esta razón, el peronismo, acostumbrado a moverse en la diversidad y a contener intereses en ocasiones contrapuestos, debió extremar en esta etapa esa capacidad de contentar a todos los que se acercan a sus costas y evitar que los roces, que los hubo en cantidad, impliquen rupturas, que a esta altura serían muy costosas.
En la semana que viene, Alberto Fernández dejará de ser candidato y jefe de campaña, dos roles que jamás pueden superponerse, en ninguna circunstancia. Más aún, porque el ex jefe de Gabinete de Néstor Kirchner deberá enfrentar a jugadores veteranos en el rol de candidatos como son Mauricio Macri, que protagonizó tres campañas para jefe de Gobierno porteño (una perdida) y una campaña presidencial; María Eugenia Vidal, por su parte, fue candidata a vicejefa de Gobierno y luego a gobernadora.
Fernández, en cambio, sólo fue candidato marginal en una interna peronista en 2000 y Kicillof lo fue en las ligas menores en 2015, cuando se postuló para la banca que hoy ocupa en la cámara baja. Este tardío desentumecimiento contiene la urgencia de entrar en campaña de una vez por todas, una exigencia que la militancia peronista no deja de enrostrarles a sus dirigentes.
En los albores de la campaña se notó claramente la dificultad del peronismo para arrancar, ya que es un movimiento político que contiene una enorme diversidad y que debió aunar intereses tan disímiles como, por ejemplo, el mundo LGBTQ y el sindicalismo.
Entonces, aparecerán otros candidatos. Allí se espera que Sergio Massa, Felipe Solá y Agustín Rossi comiencen a recorrer los canales, las radios y las provincias en su rol de voceros del Frente de Todos, que hasta ahora estuvo sólo representado por Alberto Fernández. Ni siquiera Cristina, en su rol literario, habló hasta ahora en nombre de la coalición opositora. Los otros protagonistas serán los gobernadores, aunque su rol se limitará a sus propios distritos, en los que casi todos sostienen fuertes liderazgos. Fernández espera que puedan desarrollar un rol importante Omar Perotti y Juan Manzur, de quienes espera que se conviertan en los líderes de esa cofradía.
Las reuniones a las que convocó Fernández, que atrajeron a su mesa a los principales líderes del peronismo –los intendentes bonaerenses, los directivos de la CGT y los gobernadores- oficiaron como revulsivo y a la vez como disparador para el diseño de una campaña a la que sus voceros oficiosos definieron como “vietnamita”, en vista de la sideral diferencia en el manejo de recursos que separa al Frente de Todos de Juntos por el Cambio.
Buenos Aires, la tierra prometida
En “la madre de todas las batallas”, que tendrá lugar en la Provincia de Buenos Aires, los intendentes le exigieron a Axel Kicillof que, en su carácter de cabeza de lista, deje de interpretar al economista y asuma un rol más político y cercano a los problemas de la provincia, desmintiendo aquella frase de Bill Clinton, que asumía que “es la economía, estúpido”.
En el territorio bonaerense –al que alguna vez un analista denominó “las estepas rusas”, por su aspereza-, los protagonistas están siendo los intendentes, que debieron iniciar su campaña –cada uno en su casa- poniendo el cuerpo o, en lenguaje moderno, lanzando su “cruzada de cercanía”. Uno de ellos le manifestó a un cronista que “ellos no pueden caminar la calle, pero nosotros sí” y en este aserto esperan que radicará la ventaja que esperan conseguir.
Los dirigentes plantearon que hasta ahora “nadie salió a pedir el voto a los argentinos, ni tampoco les dimos confianza en el futuro, ni les ofrecimos las razones por las cuales les pedimos ese voto”.
Algunos de ellos van a someter a sus candidatos “de arriba” al mismo fuego graneado que soportan ellos mismos diariamente, como para ir entrando en clima.
Alberto Fernández: “Los intendentes van a ser socios del futuro de la Argentina”
El precandidato presidencial por el Frente de Todos, Alberto Fernández, ratificó este mediodía su visión de construcción colectiva y federal de la “Argentina del futuro” durante la reunión que mantuvo con los intendentes bonaerenses del PJ y del Frente Renovador, que conforman el Frente de Todos. Lo acompañaron el precandidato a primer diputado Sergio Massa, y los precandidatos a la gobernación de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof y Verónica Magario.
“Ustedes van a ser socios del futuro en la Argentina. Los estoy invitando a ser partícipes de la construcción del poder futuro en la Argentina”, dijo al abrir la reunión donde escuchó las opiniones y las necesidades de más de cincuenta intendentes y precandicatos a serlo. La propuesta es similar a la que realizó durante los encuentros con los gobernadores y con los senadores del bloque del PJ, que mantuvo la semana pasada.
Del encuentro, que se desarrolló durante unas tres horas, participaron –entre otros- los intendentes Fernando Gray (Esteban Echeverría), Juan Zabaleta (Hurlingham), Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Julio Zamora (Tigre), Gabriel Katopodis (San Martin), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Julio Pereyra (Florencio Varela), Alejandro Granados (Ezeiza), Mariano Cascallares (Almirante Brown), Juan Pablo De Jesús (Partido de la Costa), Patricio Mussi (Berazategui), Marcelo Santillán (Adolfo González Chávez), Juan Carlos Veramendi (Ranchos), Ricardo Curuchet (Marcos Paz), Walter Torchio (Carlos Casares), Hugo Corvatta (Saavedra), Ariel Sujarchuk (Escobar), Alfredo Fisher (Laprida), Paco Durañona (San Antonio de Areco), Walter Festa (Moreno), Gustavo Menéndez (Merlo), Santiago Magiotti (Navarro), Juan Carlos Gasparini (Roque Pérez), Héctor Olivera (Tordillo), Gustavo Walker (Pila), Ricardo Cassi (Colón), Juan Ignacio Ustarroz (Mercedes), Javier Osuna (General Las Heras), Leo Nardini (Malvinas Argentinas).