Una carrera en la que ganaron la creatividad y el medio ambiente

Una carrera en la que ganaron la creatividad y el medio ambiente

Con la participación de 50 equipos conformados por escuelas técnicas de todo el país se corrió una nueva edición de esta competencia disputada con automóviles ecológicos construidos por alumnos secundarios. La cita fue en el Autódromo y estuvo Santilli.


Si te gustan los fierros y la tecnología, diseñar y construir tu propio auto para participar de una carrera puede ser tocar el cielo con las manos, previo habértelas engrasado en busca de la gloria. Y eso es lo que hicieron los chicos y chicas de 50 equipos conformados por escuelas técnicas de todo el país, que fueron parte del Desafío Eco, cuyo desenlace tuvo lugar el fin de semana pasado en el autódromo porteño Oscar y Juan Gálvez. Se trata de una competencia automovilística con coches enteramente diseñados y construidos por alumnos secundarios, que, además, poseen una particularidad importante: funcionan a baterías eléctricas y no contaminan el medio ambiente con emisiones de gases. De esta manera (de ahí su nombre), el Desafío Eco combina, con la ecología, el aprendizaje técnico, la estimulación de la inventiva y el trabajo en equipo.

En esta nueva edición de esta competencia, el Gobierno porteño jugó un rol clave a través del programa #Potenciate, implementado por la Dirección General de Políticas de Juventud, mediante el cual facilitó la participación de todas las escuelas técnicas de la Ciudad de Buenos Aires.

“Cada kit con los materiales de construcción del automóvil cuesta unos 70 mil pesos, por lo que, si no cuenta con un sponsor, el competidor tiene que gastar ese dinero. Por eso, desde el Gobierno porteño, nos propusimos conseguir el financiamiento para que las escuelas técnicas de la Ciudad pudieran competir”, le explicó a Noticias Urbanas el director general de Políticas de Juventud, Fabián Pereyra.

 

“Inicialmente –prosiguió el funcionario– se iba a financiar la construcción de cuatro autos para cuatro escuelas técnicas que resultaran ganadoras de un concurso que organizamos en el marco del #Potenciate. Pero, gracias al efecto positivo que tuvo el llamado, se consiguió sponsoreo para la construcción de cinco autos más. Y para poder incorporar al Desafío Eco a todas las escuelas técnicas porteñas, decidimos que los autos representaran a los nueve distritos escolares que hay en la Ciudad. De esa manera, cubrimos las 38 escuelas técnicas y todas pudieron participar en equipos que se dividieron por distritos escolares”, detalló Pereyra, quien se desempeña dentro de la órbita de la Vicejefatura de Gobierno, que conduce Diego Santilli.

Además de los kits con los elementos básicos para construir los vehículos, los alumnos –que en todo el proceso estuvieron guiados por sus profesores– recibieron el apoyo de parte de técnicos especializados del Automóvil Club Argentino. Por su parte, la empresa Exo, que colaboró con el financiamiento de los kits, aportó los paneles solares para la recarga de las baterías de los autos durante la competición.

El sábado y el domingo pasados, el desafío llegó a su clímax: en el autódromo Oscar y Juan Gálvez, 50 equipos de todo el país (nueve porteños y 41 del interior) participaron de las carreras clasificatorias y de la prueba final que consagró al campeón argentino de Fórmula Eco.

A correr. Los autos de la Fórmula Eco, construidos por alumnos de escuelas técnicas.

¡Largaron!

“Crear y diseñar un auto de carreras que sea sustentable y llevarlo al autódromo donde corrieron todos los grandes es un sueño enorme. Estos chicos se llevan una experiencia impresionante que les va a durar toda la vida”, afirmó Santilli, presente durante la competencia. Luego, destacó el valor de la iniciativa de cara al futuro de los jóvenes. “Sabemos que las demandas laborales para el sector de tecnología son cada vez mayores: se buscan técnicos, ingenieros, programadores. Por eso es necesario estar preparados, capacitarse y aprender constantemente”, subrayó.

Primero se disputaron tres carreras, en las que cada equipo tuvo la posiblidad de obtener puntos y adelantar lugares en el orden de largada de la competencia final, que se estableció a partir de la sumatoria de los tiempos obtenidos por cada equipo en estos circuitos.

La primera fue una carrera de aceleración, denominada “1/8 de milla” por la distancia recorrida (200 metros). Después se disputaron dos competencias de velocidad pura, llamadas “FlyingLap 1” y “FlyingLap 2”, corridas, respectivamente, por cada uno de los dos pilotos de cada auto, que debían realizar una vuelta en el menor tiempo posible.

La competencia final, conocida como “Endurance”, fue de una hora y media de duración, con un cambio obligado de pilotos durante la carrera. Se corrió en el Circuito N° 9 y otorgó doble puntaje. Allí, los equipos pusieron en marcha sus diferentes estrategias, que incluyeron la evaluación del momento de hacer la parada en boxes para recargar la batería o el cálculo del peso de los pilotos a la hora de efectuar el relevo.

El equipo Nº 8 de Junín, Provincia de Buenos Aires, compuesto integrantes de la Escuela de Educación Técnica Nº 1 “Antonio Bermejo”, logró acumular 264 puntos totales al finalizar la competencia. Con el segundo puesto en la carrera Endurance, se convirtió en Campeón Argentino de Fórmula Eco. Y, si bien sus integrantes fueron los que más festejaron, el resto de los competidores pudo compartir un trofeo de muy alto valor: una vivencia que se tradujo en un importante crecimiento profesional y humano.

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