El mercado del procesamiento de sebo, reciclaje de los desechos de los frigoríficos, en la Argentina crece a pasos agigantados por los nuevos mercados que se habilitan para su utilización como materia prima para biocombustibles y alimentos. Pero para mantenerse con los estándares de calidad y cuidado ambiental que se requieren, a lo que se le suma la necesidad de poder tratar cada vez mayor volumen, las empresas del rubro apuestan por aumentar año a año la cantidad de dólares que invierten para mejorar sus procedimientos.
Una vez que ese desecho de los frigoríficos y carnicerías llega a una fábrica se debe cocinar durante varias horas en un digestor. Ese es el primer paso, clave en el proceso, que se realiza en un tambor cuya fabricación no es local. El digestor más grande del país, y uno de los más grandes de Latinoamérica, se encuentra en la empresa Rendering S.A, proveedora de Refinería Sudamericana (RGS), ambas ubicadas en la localidad bonaerense de Bernal al oeste del partido de Quilmes, y tiene una capacidad de reciclaje de 500 toneladas diarias.
El costo de ese digestor, según explicaron en Rendering S.A es de U$S 1,3 millones a los que se suma la misma cantidad para ponerlo en funcionamiento. En condiciones normales recuperar esa inversión sola llevaría varios años, pero no es la única que hacen en esas empresas dedicadas al reciclaje.
El digestor, al estar seis días a la semana en funcionamiento, tiene un desgaste consecuente con su uso. La reparación más común es la de las prensas que se encuentran dentro de ese tambor. En promedio se realiza cada dos semanas y tiene un costo de U$S 14.000. Pero ahí no acaba la inversión para poder procesar sebo de forma segura.
Uno de los factores clave en el cuidado ambiental en el procesamiento de sebo para usarlo como materia prima en alimentos y biocombustibles tiene que ver con el tratamiento de los vapores que emanan en la cocción en el digestor. En Rendering S.A el año pasado adquirieron un aquacondesador para sustituir los filtros de aire tradicionales. Con esa nueva tecnología cada emanación pasa por un filtro de agua que no sólo limpia las partículas para que no contaminen sino que además evita los malos olores.
La compra de ese aquacodensador tuvo un valor de medio millón de dólares más una cantidad similar para instalarlo y tenerlo en funcionamiento. En la empresa explicaron que todo el tiempo están reinvirtiendo parte de las utilidades debido al gran volumen de sebo que se genera en la Argentina por la tradición de consumo de carne. Mientras mayor sea la faena más serán los desechos que se generen en frigoríficos y carnicerías. Y si eso no se trata en una planta, mayor es la contaminación por su mal procesamiento.
De acuerdo a las cifras de la secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, en 2022 se faenaron 7.666.022 cabezas de ganado para producir 723.388 toneladas de carne lo que a su vez dejó 1,45 millones de toneladas de cebo que, al ser desechos, pasaron por un proceso de reciclaje, según las cifras que constan en los informes de la Cámara de Subproductos Ganaderos.
De no existir ese proceso de tratamiento para los residuos todo el cebo sería vertido en rellenos sanitarios, en el mejor de los casos, pero también existe la posibilidad de que se deseche en napas con los problemas que traerán con el agua que sale de ellas y consumen en varios de los municipios del conurbano.
La comparación con el tratamiento de otros residuos siempre está sobre la mesa. La mayor planta urbana es la que se encuentra en el CEAMSE que procesa 22.500 toneladas por día. En Rendering S.A cada 24 horas llegan a Bernal camiones con 500 toneladas, lo que representa el 2,2% de toda la actividad del CEAMSE. Por eso es que desde la administración de la empresa remarcan que están “todo el tiempo con obras” desde hace seis años.
Al tratarse de una industria que reutiliza el sebo para alimento, además de biocombustibles, los estándares de calidad son elevados. Por esa razón es que en Rendering S.A y RGS tiene su propio laboratorio dentro de la fábrica para controlar cada producto que sale pero también idear soluciones para sus clientes. Tal fue el caso de una empresa líder en el rubro de alfajores que necesitó una variante local del sebo procesado con cero grasas trans o low trans.
La particularidad de la industria del reciclaje del sebo es que al no estar regulada como en otros países, como es el caso de Estados Unidos y Europa en donde se considera a la actividad como una rama más de la economía circular (desechos que se reutilizan), no cuenta con líneas de financiamiento como poseen otros rubros. Más aún cuando, de acuerdo a las cifras de la cámara que nuclea a las empresas del ámbito, exportaron 165 toneladas de ese desecho procesado en 2022. En el caso de Rendering S.A y Refinería Sudamericana eso le significó ventas por U$S 23 millones y en 2021 por U$S 26 millones.
El 2023 le trajo a la industria argentina del procesamiento de sebo la posibilidad de estar dentro de la cadena de producción de la farmacéutica, algo que en Refinería Sudamericana no quieren dejar pasar. Por esa razón se pusieron como objetivo, a partir de la materia prima que se procesa en Rendering, ser proveedor de monoestearato que se consigue mediante un mecanismo de mayor refinamiento del sebo y que se utiliza para los comprimidos blandos de los medicamentos. Para eso se requiere de un destilador molecular. Con esa idea además se conseguirían más mercados para la exportación del cebo procesado como viene sucediendo.