La economía argentina tuvo fuertes cimbronazos esta semana, puntualmente el miércoles, al conocerse que las acciones líderes en la Bolsa de Comercio sufrieron grandes bajas y que el índice Merval, al igual que las acciones, cayeron un 2,9 por ciento, al igual que los títulos públicos. Sin dudas, la preocupación se vio reflejada en el Gobierno cuando el presidente, Javier Milei, culpó a la Cámara de Diputados, hablando ante el Latam Economic Forum 2024.
Asimismo, en un panorama de inestabilidad, el dólar blue y los dólares financieros no se quedaron al margen y encendieron las alarmas cuando la cotización de la divisa ilegal subió el martes 30 pesos y terminó en 1265 pesos, lo que da una suba total de 200 pesos en el último mes. Además, el dólar contado con liquidación se ubicó por encima de 1310 pesos, lo cual significó un aumento de más del 5 por ciento.
Otras variables negativas
En cuanto a las acciones de la bolsa porteña, hubo venta de activos y en ese marco el MerVal perdió casi 5 por ciento. Se conoció que algunas empresas bajaron casi un 7 por ciento, lo que generó malestar y las acciones argentinas en la bolsa de Nueva York sufrieron una pérdida que, en algunos casos, superó el 8 por ciento.
Al respecto, el economista Eric Paniagua, de la consultora EPyCA, analizó la situación y dijo a Noticias Urbanas que “la economía argentina parece encaminarse a una recesión, producto de una fuerte baja del gasto público, inversión pública incluida, que ha catalizado una persistente baja de la actividad”. Cabe señalar que, en un análisis algo sesgado, algunos “expertos” consideraron que los datos negativos se generaron luego de la media sanción de una nueva ley de movilidad jubilatoria, lo cual podría impactar en las cuentas públicas.
“Quizá estemos viendo los primeros momentos de un rebote, que por ahora no quiere decir que estemos saliendo de la propia contracción económica, vista a mediano plazo”, advirtió Paniagua y destacó que “el salto del dólar, así como la subida del riesgo país, parece obedecer tanto a cuestiones internas como externas”.
En esa línea, enfatizó que “en primer lugar, el mercado estadounidense (es decir la referencia mundial) ha experimentado un proceso de ‘Risk off’ en los últimos días (donde los activos de países emergentes caen y los norteamericanos se revalorizan)”, lo cual no dejó ajena a la economía argentina, que tiene un mercado observado por el mundo y por las medidas del Gobierno de Milei, el cual es popular, pero no admirado.
Además, remarcó que “por otro lado, desde el aspecto local, es notorio que el no avance del paquete de leyes que avala el Ejecutivo está afectando el humor inversor y el optimismo global que había a priori con Argentina”, en relación a la imposibilidad que el Gobierno tuvo para poder aprobar la Ley Bases.
El especialista señaló, en cuanto al dólar, que “sube por las mismas causas que las variables ya mencionadas”, pero que a esto se suma “la baja de tasas de las últimas semanas ha sido demasiado agresiva”, lo que generaría que los ciudadanos no tengan una motivación de ahorro en plazos fijos y que la demanda de dólares subiría, justamente, por la compra de la moneda direccionada para no perder los ahorros.
“El rumbo de la economía, al menos hoy, está signado por las decisiones del gobierno: la recesión en gran medida ha estado impulsada desde el Poder Ejecutivo, que la necesita como un motor para bajar la inflación y las presiones inflaciones a largo plazo”, finalizó Paniagua.
El futuro económico
Si hay algo imposible de producir en los últimos meses es una predicción certera sobre qué pasará con la economía. Existe una fuerte disputa entre lo que ocurre en la macroeconomía y la gente de a pie, que ve sus sueldos licuados y su poder adquisitivo recortado, un ítem que ya había sido advertido por el propio Gobierno.
Cabe recordar que en junio deben comenzar los pagos en divisas del Tesoro con las reservas acumuladas en el Banco Central. Según lo establecido, deberían ser 742 millones de dólares y en el próximo mes, el máximo del año con 3.651millones de vencimientos acumulados de divisas entre la deuda emitida por el sector público, tanto nacional y provincial, como la del sector privado a través de obligaciones negociables y otros instrumentos.
Además, desde el Gobierno salieron a pedir, en la voz del ministro de Economía, Luís Caputto, en el Latam Economic Forum, una mayor ayuda del sector privado. “Está como muy instalado esto de creer que todo cambio tiene que venir del sector público y no es así. Las decisiones individuales de cada uno de ustedes, a nivel ciudadano y a nivel empresas, hacen toda la diferencia”.
No caben dudas de que en este marco se deberá esperar a ver qué pasa con la Ley Bases y cómo eso repercutirá en la economía. En tanto, la incertidumbre y la ansiedad parecen ganar poco a poco a los actores financieros, que muestran su descontento en los números que mueven la aguja de la macroeconomía. Y todo indica que esto continuará, al menos, mientras la micro resista.