La obra social del Congreso tiene una nueva autoridad. Se trata de la exdiputada Liliana Korenfeld, gerenta general de la Dirección de Ayuda Social del Personal del Congreso de la Nación (DAS) y podría conducir la Superintendencia de Servicios de Salud. Cabe recordar que la funcionaria ya había ocupado este cargo durante su último mandato, entre 2012 y 2015.
La elección de Cristina Fernández resalta luego de que pidiera una reforma al sistema de salud con “una integración de lo público y lo privado para optimizar recursos”, idea que puso en alerta a las empresas del sector y a las obras sociales.
La designación de Korenfeld, puso en alerta a las autoridades de la CGT, ya que ella reemplazaría a Eugenio Zanarini para reformular el sistema de salud.
En la actualidad, la santacruceña tiene un alto cargo en la Dirección de Ayuda Social del Personal del Congreso de la Nación (DAS), obra social del poder Legislativo, como gerenta general, un puesto que le debe a su jefa política, Cristina Kirchner. Asimismo, administra distintos recursos de ese organismo, entre ellos, los fondos y los recursos humanos, al tiempo que se encarga de designar al personal médico, aprobar prórrogas, incrementos y reconocimientos de mayor costo a contratos ya establecidos, y poderes especiales para representar a la obra social.
En la DAS, Korenfeld maneja una caja millonaria de 2.404.259.060 de pesos, cifra declarada por la Dirección de Finanzas y Contaduría de la entidad en la partida presupuestaria de diciembre pasado, cuyo monto más significativo proviene de los ingresos cautivos con los que cuenta la obra social de los empleados del Congreso.
“Cristina como presidenta del Senado le da todo el poder a Korenfeld, y ahí tomaron todo el control de la DAS con el aval de Norberto Di Próspero”, le dijo a Clarín Néstor Molinari, trabajador del Senado en la oficina de Alfredo De Angeli y opositor a Norberto Di Próspero, titular del sindicato Asociación del Personal Legislativo (APL) y actual secretario de la DAS. En tanto, la exlegisladora ya comenzó a nombrar a quienes alguna vez trabajaron con ella en la Superintendencia de Salud de la Nación.
“Los cargos que crearon son todo invento, no existían esos cargos en la obra social”, sostuvo Molinari, quien presentó sendas denuncias por irregularidades en los fondos de la obra social. La exdiputada está facultada a realizar nombramientos y ya hubo más de una docena de designaciones en el DAS. Los cargos tienen un nivel de “director” que equivalen a una Categoría 1 en el escalafón legislativo, con un sueldo mensual en bruto de $148.349,89.
En cuanto a su relación con los sindicatos, parte de la gestión de Korenfeld fue frente a la SSS. Ya por aquel entonces la exlegisladora intentó poner un freno a las millonarias transferencias a las obras sociales. Los sindicalistas la recuerdan como la funcionaria que les pisó el multimillonario Fondo Solidario de Redistribución en el pico del enfrentamiento de Cristina con el sindicalismo.
Esta caja de distribuye reintegros por tratamientos de alta complejidad. En 2016 el jefe camionero Hugo Moyano llegó a denunciar penalmente a la entonces ex funcionaria por “retención indebida” de fondos. Desde diciembre pasado cuando la vicepresidenta pidió abiertamente una “reforma integral del Sistema de Salud” en un acto en La Plata realizado en diciembre pasado. Esto despertó el alerta de los sindicalistas ante la ausencia de información sobre cómo será este proyecto en el que ahora podría contribuir Korenfeld.
Según indicó el medio Perfil, además de auditar el DAS, la funcionaria participó del convenio con Omint, la empresa de salud con la que la expresidenta del Senado, Gabriel Michetti, acordó que se les diera cobertura médica a los empleados del Congreso. La DAS tiene un sistema de aporte cautivo ya que es una de las pocas obras sociales que no se encuentra amparada en la ley Nº 23.660 de régimen de Obras Sociales. Este funcionamiento asegura un flujo constante en la caja de la obra social ya que todo el personal legislativo debe obligatoriamente aportar a ella. Los gremios cegetistas están en alerta por la reforma. El plan se le atribuye a Nicolás Kreplak, viceministro de Salud bonaerense.