El diálogo telefónico con Virginia Gonzáles Gass transcurre en medio de sus vacaciones, mientras el cronista transpira en esta húmeda ciudad y ella transpira lejos de Buenos Aires, en una tórrida tarde de enero.
Lejos de los clichés acerca de la imagen que deben guardar los políticos, la legisladora socialista se ocupa de hablar sin tapujos sobre los temas políticos y de su gestión legislativa.
– ¿Cómo será el 2015 para Unen, en vista de los rumores que corren?
-(Primero se ríe). Estamos trabajando en la campaña de Martín Lousteau para jefe de Gobierno. Todos trabajamos en conjunto con Lilita. Unen Capital no se rompe y hasta ahora se mantuvo bastante bien, aunque a nivel nacional las cosas estén más complicadas (vuelve a reírse).
Con un toque de humor, la diputada porteña explica que existen cuatro grupos que apoyan a otros candidatos a jefe de Gobierno o, en algún caso, todavía a ninguno. Y relató que en un grupo figuran Proyecto Sur, Libres del Sur y un sector del GEN de Margarita Stolbizer; en un segundo grupo milita un sector del radicalismo e, independientemente de ellos, Sergio Abrevaya y su partido Podés. El cuarto grupo es el mayoritario, en el que opera la mayoría del radicalismo, la CC-ARI, su propio partido, el Socialista Auténtico, el Partido Socialista y el sector mayoritario de GEN.
-De tus palabras se desprende con claridad lo que va a hacer el PSA y vos en las PASO porteñas del 26 de abril, pero ¿qué va a pasar en las PASO del nueve de agosto, en la que se eligen candidatos nacionales?
-(Vuelve a reírse) Hace un mes, el PSA hizo su congreso nacional, en el que se decidió permanecer en Unen Capital y apoyar la candidatura de Martín Lousteau para jefe de Gobierno porteño. Allí mismo se planteó la decisión de realizar un nuevo congreso en la primera semana de febrero, en el que se decidirá lo que haremos en el orden nacional.
– ¿Hay posibilidades de que vayan con Macri en las nacionales de este año?
-No, el nuestro no es un partido de derecha y Macri representa a la derecha. Tampoco vamos a aceptar la candidatura de Sergio Massa, porque es más de lo mismo que representa Macri.
-¿Se podría interpretar que Hermes Binner y el Frente Amplio Progresista está más cerca de ustedes que nadie?
-Sí, es el más cercano, pero la decisión la va a tomar el congreso de febrero, ¿porqué no esperamos para saberlo?, replica, sabedora de que el periodista insistirá en lograr una definición que aún no fue tomada.
-¿Cómo están funcionando las Juntas de Calificaciones que aprobó la Legislatura hace dos años?
-Es un desastre, gracias al engendro que armó el proyecto que presentó –y logró hacer que se apruebe- Sergio Abrevaya, que debería ser nuestro aliado en Unen. Es imposible que, así como están planteadas, las juntas funcionen. Hoy existen cuatro juntas, en las que se mezclan los representantes de las escuelas normales con todas las demás. Para peor, todo es muy lento, porque el gobierno, que había prometido informatizar el proceso, jamás lo hizo. No hay interés de parte de las autoridades para que funcionen.
-¿Cómo será en 2015 la educación?
-Bueno, existe un problema, que es que este año la ciudad va a ingresar a la Ley Federal de Educación, que viene de la época menemista. De esta manera, va a haber educación de primera y educación de segunda. Además va a haber un bachillerato que le va a costar 800 dólares por alumno y por materia al gobierno, en tanto que, por otro lado va a haber una educación con salida laboral rápida para chicos pobres, que van a salir capacitados en turismo, hotelería y gastronomía, entre otras materias. Las materias de las Ciencias Sociales no van a existir dentro de un tiempo. En quinto año van a quitar Historia y Literatura, para que la educación en Ciencias Sociales quede fragmentada. Así, cada director de escuela va a tener ocho horas por semana para dictar la materia que él decida. Un despropósito.
-¿Cómo es el futuro de los trabajos en infraestructura escolar?
-No hay presupuesto. Cada año se reduce más y más. En ese marco, hay escuelas que se vienen abajo. Existe una, que está cerca del límite con la provincia, casi en la Avenida General Paz, que es una antigua estación de tranvías, en la que hay cuatro sótanos anegados de agua y sigue funcionando. En el colegio Sarmiento y en el Bernasconi, mientras refaccionan los alumnos reciben sus clases en aulas-containers. Mientras tanto, Macri aumentó un 30 por ciento los subsidios a la educación privada, al mismo tiempo que el presupuesto general de la educación se redujo, solo este año, en un uno por ciento.
