“Cuando denunciábamos a los K, estábamos todos de acuerdo. Los problemas empezaban cuando las denuncias sobre corrupción y mafias salpicaban al Pro”, apunta el legislador y docente Gustavo Vera, que acaba de formalizar su ruptura con el frente Unen y ahora vaticina la explosión final de la coalición por la que en 2013 fue cabeza de lista para la Legislatura porteña. “Se viene la explosión final [de Unen].”
Hacemos la entrevista para la contratapa de Noticias Urbanas un día después del desplante de Lilita Carrió a Pino Solanas en pleno acto del Frente Amplio Unen (FAU) porteño, mientras el fantasma de Mauricio Macri no solo sobrevolaba aquel encuentro sino también esta entrevista.
“No se puede predicar la tolerancia y la concordia y ser absolutamente intolerante y grosera e irse en medio de un discurso”, había disparado, en declaraciones radiales, Solanas, horas antes de la nota de Noticias Urbanas con el titular de la ONG La Alameda. Además, Pino acusaba a la jefa de la Coalición Cívica de forzar el debate por Macri.
“Hace rato que les dije a Pino y a Roy Cortina que antes de fin de año nos iban a sorprender con una alianza con Macri –tercia Vera–. Es lo que están buscando [Martín] Lousteau y Carrió. Pino desestimó mi aviso; no así Roy.”
El activista de La Alameda no descartó una eventual alianza con Solanas si es que, tal como vaticina, el frente Unen llegara a fragmentarse. A principio de septiembre, junto con Pablo Bergel, lanzará el partido Bien Público, un espacio que, en palabras de Vera, apuntará a impulsar un mani pulite en la Argentina.
–¿Qué fue en concreto lo que lo impulsó a dejar Unen?
–No fuimos nosotros (incluye a Pablo Bergel) quienes abandonamos Unen: ellos fueron quienes nos dejaron al costado del camino, nos hicieron a un lado después de la elección. Para que te des una idea: del lanzamiento del Frente Amplio Unen nos enteramos por los diarios. No nos avisaban de las reuniones políticas y, últimamente, tampoco de las parlamentarias.
–Lo que describe es un destrato, ¿por qué, después de haber encabezado la lista?
–Porque Unen dejó de ser un frente antimafia y anticorrupción para convertirse en un frente antiperonista. Y mi idea al integrar Unen fue estar en un espacio que combatiera la mafiosidad en la Argentina que, como la honestidad, es transversal. Decidí integrar Unen porque tanto Lilita como Pino son dirigentes sin prontuario. Pino, con una gran trayectoria como ambientalista. Lilita, gran luchadora contra la corrupción. Pero ocurrió que, mientras denunciáramos a los K, estaba todo bien. Por ejemplo, no hubo problemas en declarar a Campagnoli ciudadano ilustre de la Ciudad, pero cuando denunciamos los 100 puntos narco en Capital, nos quedamos solos.
–Calculo que lo mismo le habrá pasado con los aliados socialistas en Santa Fe. Ustedes hicieron varias denuncias, pero el PS está dentro de Unen.
–Exacto, hicimos denuncias sobre los dos jefes de policía que nombró Bonfatti, que estaban fuertemente cuestionados. Mostramos grabaciones donde los narcos hablan de Lamberto y Bonfatti. Por eso decimos: la honestidad también es transversal. En Unen, en cambio, parece primar la idea de que la corrupción solo habita en el peronismo. Y yo creo, por ejemplo, que es más honesta María Eugenia Bielsa que Bonfatti. O que Pérsico es más honesto y vive con mayor austeridad que muchos en Unen.
–Por ejemplo, ¿quiénes?
–(Esquiva la pregunta) Entonces, ¿resulta que denunciamos la corrupción pero nos cubrimos la espalda entre nosotros? Por otro lado, Unen y Pro empezaron a votar proyectos conjuntos. Primero los bares en plazas, hasta la gota que rebasó el vaso: votaron el endeudamiento de la Ciudad de 890 millones de dólares para canjear deuda en 2015 y 2017. Es decir, le votaron a Macri la financiación de la campaña presidencial. En una palabra: no podemos aliarnos a aquellos a quienes estamos denunciando.
Desde que asumió su banca lleva donados 150 mil pesos de su sueldo como diputado porteño: una iniciativa que propuso convertir en ley apenas asumió y que le valió la furia de sus pares. La segunda propuesta también cayó pésimo: consistía en que “el Estado deje de financiarles la prepaga Medicus” a los legisladores porteños que, según cree, deberían atenderse en hospitales públicos. La tercera fue la propuesta de reducir el salario de sus colegas a, prácticamente, la mitad.
–Si, como usted dice, Unen se rompe y Pino se distancia de Carrió. ¿Podría aliarse a Solanas?
–Nosotros estamos lanzando la fuerza Bien Público a principios de septiembre. Nos acompañan sectores sindicales, religiosos y políticos. Nuestra idea es unirnos en torno a valores y conformar un frente mani pulite en la Argentina. Si, en ese camino, Unen se parte y Pino quiere aliarse con nosotros, sería bienvenido.
–Usted se define amigo del papa Francisco, ¿compartió con él todo este proceso y la ruptura con Unen? Y, en ese caso, ¿qué le dijo el Papa?
–Con Francisco tenemos una comunicación semanal. Él comparte que tanto la honestidad como la mafiosidad son transversales. Por nuestra parte, desde La Alameda nos estamos sumando a la revolución del sentido común que está planteando el Papa. Una revolución que consiste en dos puntos: reconfigurar el lugar del poder para volver a concebirlo como un acto de servicio. Y, lo más importante: romper el código de omertà (de silencio mafioso), que está funcionando a pleno en la política. Para eso entramos a la Legislatura. No para terminar aliados a Macri.