La diputada nacional Victoria Donda (Red por Argentina) quiere pelear por la jefatura de gobierno porteño en las próximas elecciones, al tiempo que critica con dureza la gestión de Horacio Rodríguez Larreta. Cree que la unidad de la oposición es necesaria para derrotar a Cambiemos, pero advierte que “el único límite tiene que ser ético: con ladrones, no; con mentirosos, tampoco”. Finalmente, consideró que “el peor escenario es que, con la oposición dividida, un Pro políticamente muerto y socialmente desacreditado gobierne cuatro años más”.
-¿Por qué quiere ser candidata a jefa de gobierno?
-Estoy preparada para dar batalla a este gobierno donde más pueda aportar. Después de tres administraciones del Pro, la ciudad de Buenos Aires se merece algo mejor, que esté a la medida de sus necesidades, pero también de sus sueños. No creo que ningún porteño y ninguna porteña consideren que pagando los impuestos que pagamos lo único que progrese sean las veredas. Y para hacer una ciudad mejor hay que trabajar mucho y con todos los sectores. Nos merecemos una ciudad sin desigualdad y con comercios trabajando a pleno y hoy no vemos eso.
Más bien veo todo lo contrario, servicios deteriorados, un sistema de salud que se derrumba, una educación pública muy maltratada, más policías al mismo tiempo que la inseguridad aumenta. ¿Cuánto más vamos a esperar?
-¿Se le puede ganar al Pro en el distrito en donde está más fuerte?
-Hoy el Pro perdió el apoyo mayoritario en todos los distritos del país. Esa es una realidad que no se cambia con campañas de marketing. Pero un gobierno sin futuro político es peligroso para la sociedad y para la política. Nos espera una campaña electoral sucia y con operaciones rastreras, pagadas con recursos públicos. Y Buenos Aires es el distrito más rico del país: tienen mucho dinero para malversar.
Por eso, necesitamos que la gente esté con los ojos bien abiertos y dispuesta a no dejarse engañar otra vez. Nos mintieron y lo sabemos. No somos tontos. Y en esta ciudad, mucho menos, porque los conocemos.
-¿Es posible que haya un acuerdo amplio de la oposición en la ciudad? Pareciera que existen los mismos límites que a nivel nacional.
-Es posible, si la dirigencia política se pone a la altura de las necesidades de la sociedad, que hoy requiere de enormes esfuerzos para salir del pozo adonde nos metió este gobierno. El único límite tiene que ser ético: con ladrones, no; con mentirosos, tampoco. Tenemos que aportar decencia y verdad a la política o nos van a volver a gritar “¡que se vayan todos!”. Aunque ahora seguro que nos van a gritar “que se vayan todes” (Risas).
-¿Qué conclusión se llevó de su encuentro con Matías Lammens?
-En estos días estoy hablando con todos los que puedo, tratando de escuchar y también tratando de comprender qué necesitamos para que la unidad no sea una consigna, sino una construcción política concreta. Porque primero recorrí la ciudad escuchando a la gente. Montamos más de mil puntos de escucha y no fue para las fotos: tengo una montaña de papelitos donde miles de personas escribieron sus prioridades. Esos papelitos, de puño y letra, gritan: “únanse”. Estoy trabajando en esa dirección, por eso. Lammens, como muchos otros que están en contacto con la realidad y la gente, también sabe que ése es el reclamo. Especialmente cuando nos gobierna gente insensible.
-¿Se imagina una interna con candidatos de Unidad Ciudadana y del peronismo federal?
-Primero haría el esfuerzo de sentarnos a hablar y, si de esa escucha sale que la mejor solución es ir a internas, iremos. Porque finalmente es la sociedad la que debe decidir cuál es la mejor opción para reemplazar a este gobierno.
-Lavagna, Lifschtiz y Massa se oponen a un acuerdo con el kirchnerismo. ¿No se le puede ganar a Cambiemos sin Cristina?
-A Cambiemos hoy se le puede ganar si nos unimos. Es lo que pide la sociedad y ese mensaje es contundente y claro. Creo que es un momento clave para pensar más allá de los rencores, porque hay algo más grande en juego. El peor escenario es que, con la oposición dividida, un Pro políticamente muerto y socialmente desacreditado, éste gobierne cuatro años más. En ese escenario tenemos que pensar. Le diría entonces a Lavagna, Lifschtiz y Massa que llegó el momento de pensar más en el futuro que en el pasado, quizá porque pertenezco a una generación más joven y porque nací en la ESMA: tener memoria y luchar por la justicia no tiene nada que ver con el rencor y tiene mucho que ver con la esperanza.
-¿Felipe Solá sería un buen candidato a gobernador en un frente electoral con Cristina?
-Con Solá venimos trabajando mucho y a la par desde hace meses y creo que tiene la vocación y voluntad necesaria, pero falta mucho para resolver candidaturas, especialmente cuando hay tanto silencio por parte de Cristina. Mientras ella no se defina públicamente, vamos a seguir trabajando en lo que hace falta: acuerdos firmes, serios, claros de objetivos. Los puestos de batalla los define el rumbo más que los nombres.
-¿Qué evaluación hace de la gestión de Larreta?
-Es un decorador de gusto dudoso. La gestión para él es lograr una foto de Instagram, una Buenos Aires maquillada para el turismo. Pero caminar al lado de familias que viven en la calle no es algo que pueda disimularse cambiando baldosas. Eso duele. Y eso dice mucho de una ciudad que es la más rica del país. Las y los porteños no somos insensible al dolor social. Nos gusta que la ciudad esté bella, pero la indigencia, los negocios cerrados y los restaurantes vacíos nos golpean el alma. Larreta, como Macri, no tiene alma.
-¿Está de acuerdo con la unificación de las elecciones porteñas? Es probable que la campaña se nacionalice.
-Las y los votantes porteños tienen muy claro cómo es una campaña electoral y qué cosas se ponen en juego a nivel ciudad y a nivel país. Y son las mismas. ¿Vamos a seguir con esta mala política o tenemos una opción mejor? Esa es la pregunta que hoy se hace el país y esta ciudad, más aún. Nuestra responsabilidad es responderla.
-¿Hay que eliminar las elecciones al Parlasur, como propondrá el Pro?
-Con el actual panorama, tan en contra, el PRO va a proponer eliminar elecciones en donde pueda y con la excusa que pueda. El Parlasur es hoy sólo el nombre de un proyecto muy ambicioso, creado en un momento en que esas ambiciones respondían a un continente que tenía un horizonte de progreso enorme. Hoy estamos ante un panorama opuesto, porque nos están saqueando, no sólo los recursos, sino las autonomías políticas. Hablar hoy del Parlasur es hablar de la necesidad de crear un espacio de diálogo continental para evitar los peores desastres y esquivar las pesadillas más peligrosas. Es una necesidad y también una utopía, pero las utopías no son locuras, son horizontes.
-¿La caída de Macri puede perjudicar a Larreta y favorecer las chances de una alternativa opositora?
-Larreta cae por el peso de las baldosas, no sólo por Macri. Las y los vecinos ven que cambian las mismas veredas cada año, mientras los hospitales no tienen ni turnos ni gasas.
Creo que él ha hecho lo suficiente para dejar en claro que tiene responsabilidades políticas propias en este desastre.
PING PONG
Un lugar de la ciudad: San Telmo
Un personaje histórico: Estela de Carlotto
Una serie: Sex Education
Un Libro: El Calibán y la bruja, de Silvia Federici