María Eugenia Vidal dejará de ser la gobernadora de la provincia de Buenos Aires el próximo 10 de diciembre, pero seguirá siendo la mandamás de su espacio. No va a permitir que Cambiemos se diluya en internas ni en el olvido, por lo que ya tiene un plan para mantener una telaraña de poder opositor que comenzará en la Legislatura bonaerense.
Por eso, en un club de rugby de La Plata llamado Club San Luis, convocó a referentes del Pro, del radicalismo y de la Coalición Cívica en un contexto de negociaciones por las autoridades en el parlamento provincial, y con esa foto de la jornada mostraron la unidad de un bloque que tendrá supremacía en el Senado y una cuota de poder importante en Diputados.
Entre los presentes estuvieron los radicales Daniel Salvador, Roberto Costa y Maximiliano Abad; los intendentes Jorge Macri (Vicente López), Néstor Grindetti (Lanús), Julio Garro (La Plata); y los “lilitos” Maricel Etchecoin Moro y Andrés De Leo. También estuvo Joaquín De la Torre quien se posiciona como el articulador del peronismo dentro del armado de Vidal.
Allí la saliente mandataria dejó claro el mensaje: irán por los lugares más importantes que actualmente ocupan los opositores. En primer lugar, la vicepresidencia de Diputados y la vicepresidencia segunda del Senado. Y en segundo, el directorio del Banco Provincia. De esta manera, Vidal deja claro que alejarse de la política y el poder está muy lejos de sus intenciones.
Y, según aseguraron quienes estuvieron presentes en el encuentro, no se podrá ser parte del armado político de Vidal por fuera del bloque Juntos por el Cambio, un mensaje que parece estar más bien dirigido a las y los legisladores que atenten con abandonar el vidalismo, como Guillermo Bardón, Walter Carusso y Fernando Pérez y Natalia Jáuregui. Es que Vidal viene haciendo grandes esfuerzos por mantener a la familia de legisladores unidos, y ahora deberá velar por el orden dentro de la casa provincial.
