El jueves a la mañana, la Cámara de Diputados de la Nación aprobó la media sanción del proyecto de despenalización del aborto. Poco después, el tema fue el eje central del debate en la Legislatura porteña en la sesión de ese mismo día. Dos de los legisladores que hicieron uso de la palabra fueron la legisladora Paula Villalba y el legislador Claudio Romero, ambos del Pro.
Villalba ya había dado a conocer un tuit en donde se la veía con su madre opinando sobre el tema.
“Hoy tenemos media sanción de una ley histórica. La democracia es un poco mejor, por lo que solo me resta agradecer al Presidente, por no subestimarnos, propiciar el debate que nadie se había animado. También, permitió la libertad, para que el Congreso Nacional, junto con las diferentes posiciones políticas, avance hacia una sociedad más igualitaria”, expresó Villalba.
“Todos defendemos la vida. Soy madre. Embarazada, un amor profundo se apropió de mí, y es lo más maravilloso que me pasó en la vida. Pero ni mi experiencia personal ni las creencias de nadie pueden impedir el respeto a la autonomía ante la decisión personalísima de interrumpir un embarazo no deseado”, subrayó la diputada porteña.
“Llegado a ese punto, desde el sistema de salud pública y dentro del marco de la ley se debe garantizar una práctica segura”, agregó.
Finalmente, manifestó: “Porque no quiero que sigamos convalidando el negocio de clínicas ni mucho menos seamos indiferentes ante la muerte de mujeres que son empujadas a hacerlo en la clandestinidad, es que reafirmo mi posición a favor del aborto legal y seguro en un país laico”.
Por su parte, el legislador Claudio Romero, reivindicó al presidente Mauricio Macri por lanzar el debate sobre la despenalización del aborto y lo desagravió frente a las agresiones verbales de los legisladores de izquierda en la réplica legislativa sobre el proyecto de ley que hoy obtuvo media sanción en Diputados.
Romero valoró “la valentía y el coraje” de Macri de colocar el tema en el centro de las discusiones después de décadas de restricciones por parte de gobiernos anteriores, y también la posibilidad de darle “libertad de acción a todos los miembros de este espacio” para expresarse y dar a conocer sus posiciones.
“La mayoría de las provincias no tiene un sistema de salud pública digno”, aclaró Romero antes de afirmar que si la ley es aprobada en el Senado “la ciudad de Buenos Aires tendrá que suscribirla y reglamentar algunas cosas que ahora deberíamos tener en cuenta, como prever las circunstancias en que los abortos se van a hacer, si se harán en el sistema de salud pública, en las obras sociales sindicales y en las obras sociales de las prepagas”, temas que a su juicio deberían discutirse antes.
En tal sentido estimó que la Salud Pública “debería estar enteramente disponible puntualmente para aquellas mujeres que carezcan de recursos”.
Romero cuestionó el tratamiento apresurado de la ley que, interpretó, “es como comenzar a construir una casa por el techo”, pues “primero le pedimos a la escuela que haga lo que no hacemos en el seno de nuestras familias, porque la educación sexual integral empieza por nuestra casa”. Añadió que cuando eso no se cumple en la casa o en la escuela “se lo pedimos al Estado; siempre le pedimos al Estado y hasta lo responsabilizamos de lo que nosotros tenemos que hacer”.
Finalmente propuso la implementación de un sistema estadístico sobre los niveles de abortos actuales y futuros, de modo que con esos datos la ley “pueda rediscutirse” cada cuatro o cinco años como en Francia, donde ya lleva siete revisiones.
