El diputado nacional electo Emiliano Yacobitti, uno de los referentes de la UCR porteña y el principal armador de Martín Lousteau, considera que es fundamental la continuidad del espacio Juntos por el Cambio. El extitular del radicalismo porteño afirmó que el espacio debería transformarse en “una fuerza de oposición constructiva” al futuro gobierno, aunque advirtió que “tenemos que tener en claro que para que la fuerza siga junta, tiene que definir cómo va a funcionar de acá adelante”.
Paralelamente, Yacobitti no esconde su malestar frente al intento de Macri de imponer a Miguel Ángel Pichetto como presidente de la Auditoría general de la Nación (AGN), un lugar que Alfredo Cornejo reclama para la UCR.
-¿Mauricio Macri es el principal referente del espacio Juntos por el Cambio o es el momento para discutir su liderazgo?
-Es uno de los referentes de Juntos por el Cambio junto con Martín Lousteau, Horacio Rodríguez Larreta, Alfredo Cornejo y muchos otros.
-¿El 40 le garantiza a Macri retener el liderazgo o ese debe debatirse en el interior del espacio?
-El 40 por ciento lo único que nos dejó es la certeza de que la sociedad no quería perder la posibilidad de que haya alternancia. Ese 40 por ciento no es un mandato a libro cerrado para ningún dirigente ni frente político, es un mensaje de la sociedad que nos dijo que quiere que sigamos juntos y que en la Argentina nadie debe tentarse a gobernar como si tuviese la suma del poder público.
Somos los responsables de transformar ese 40 por ciento en una fuerza de oposición al gobierno que sea constructiva, una oposición con vocación de gobernar, pero tenemos que tener en claro que para que siga junta tiene que definir cómo va a funcionar de acá en adelante.
-Hay decisiones de Macri que generan ruido en la coalición, como el intento de imponer a Pichetto como presidente de la AGN.
-Cualquier decisión que se tome que no sea lo suficientemente discutida con los partidos que integran la coalición va a atentar contra la coalición misma. Tenemos que darnos cuenta de que la sociedad también nos mostró errores. Hay que hacer lo posible para rescatar los procesos que fueron exitosos de Cambiemos, como las PASO de 2015 o la conformación de Juntos por el Cambio. Lo que la sociedad premió fue cuando el frente político se abría y lo que espera es que tengamos la capacidad de convocar a todos.
Si alguno pretende adueñarse de eso o piensa que tiene potestad para decidir sin consultar al resto porque tuvo tal o cual cargo, vamos a estar empezando mal y terminando peor. Tenemos que tener en cuenta que todos queremos mantenernos juntos, pero para hacerlo tenemos que discutir mucho más.
-¿Considera que la presidencia de la AGN le correspondería a la UCR?
-Según la Constitución, lo nomina el partido que tiene la mayoría en las cámaras. En el caso del presidente, lo nomina el partido que tiene mayoría de diputados y senadores. Por lo que tengo entendido, ese partido sería el radicalismo. Por lo tanto, el radicalismo tiene que sentarse a discutir a quién va a proponer. Eso no pasó. No hay un candidato del radicalismo ni uno del Pro que tenga el acuerdo del radicalismo, porque el partido no se sentó a discutirlo. Y no le corresponde a nadie arrogarse la representación del resto.
-¿Celebra que Alberto Fernández haya prometido impulsar el debate sobre el aborto?
-Sí, claro.
-¿La discusión podría generar divisiones en los bloques en un momento delicado para la economía?
-No. No me parece que sea así. Es una cuenta pendiente que tenemos que saldar. Voy a trabajar para que se vote lo antes posible. Y que sea legalización, no solo despenalización.
-¿Le sorprendió la postura del Gobierno sobre el golpe de Estado en Bolivia?
-Los discursos de Carla Carrizo y Leandro Halperin en la Cámara de Diputados y en la Legislatura porteña fueron muy claros. Basaron sus intervenciones en que lo de Bolivia fue un golpe de Estado. Tenemos reglas claras para mantener la democracia y consensos básicos que tienen que ver con cómo se dan los procesos dentro de la democracia. No puedo andar cambiando esas reglas si a mí me queda bien o mal a quién se le aplican. Así como decimos lo de Bolivia, tenemos que decir lo mismo de Venezuela. La Argentina tiene que tener posturas maduras respecto a esos temas, pero dejando en claro que a las cosas hay que llamarlas por su nombre.
