Mauricio Macri había terminado su discurso de apertura de las sesiones del Congreso de la Nación. Luego de saludar a las bancas y cruzar unas palabras con el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, una legisladora de misiones le acercó una pequeña bolsita. En su interior había yerba. Una forma de visibilizar el conflicto de los yerbateros de esa provincia.
La estrategia de protesta continúa en Plaza de Mayo. Decenas de pequeños productores y cosecheros reglarán 30 mil paquetes de yerba con el objetivo de que el resto del país conozca la difícil situación por la que atraviesa el sector desde el año pasado debido a los magros precios que reciben por la materia prima.
El grupo de yerbateros quiere ver a Mauricio Macri: “Venimos a pedir por favor al Presidente de la Nación que nos reciba para explicarle la situación emergente de estallido social que tenemos en nuestra provincia, a raíz del incumplimiento del precio (…) por ley, que sería 5,10 pesos y a nosotros nos están pagando 3 pesos”.
“No sirve de nada que nos lauden a 6,50 pesos si no exigen que a nosotros nos paguen 6,50 pesos”, reclamó Julio Peterson, presidente de la Asociación Civil de Productores Yerbateros.
La protesta en la emblemática plaza fue denominada “yerbatazo” y busca emular al reclamo que realizaron horticultores y fruticultores durante el 2016. En aquel momento se habló de “manzanazo” y “verdurazo”.
Los productores se quejan porque los industriales están pagando precios muy por debajo del fijado en septiembre por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).
Además, Peterson se quejó porque los pagos que reciben se realizan con cheques que muchas veces tienen plazos superiores a los 180 días, “mientras en las góndolas los usuarios pagan entre 40 y 60 pesos el kilo de yerba”.
