Subtes: Un cachetazo al porteño

Subtes: Un cachetazo al porteño


El diálogo político siempre es bueno, o casi siempre. El debate sobre el traspaso del subte al ámbito de la Ciudad de Buenos Aires aparece como una lamentable excepción a la regla, en el marco de un discurso brutalmente anti porteño.
Por un lado, el día después de la firma del traspaso, y sin que mediaran mayores análisis, el macrismo aumentó la tarifa 127%. Por el otro, y en un peligroso mensaje, la ministra de Seguridad de la Nación, Nilda Garré, dispuso el retiro de la PFA de las estaciones que custodiaba.
La presidenta Cristina Fernández se sumó a la batalla dando marcha atrás con esa medida de Garré, pero sabiendo que ya era tarde: Mauricio Macri había decidido “devolver” el subte por la falta de obras prometidas por Néstor Kirchner en el 2005, algo de lo que no se dio cuenta él a la hora de firmar el acta, en el 2012.
Cristina decidió entonces ir un paso más allá y envió el acuerdo al Congreso incluyendo el traspaso del servicio de colectivos a la Ciudad, otra vez sin subsidios.
Lo peor del caso es que el Congreso se apura para aprobar el paquete sin tener en cuenta una serie de elementos que harían aún más injusta la situación. Por ejemplo, que en ninguna provincia la Nación subsidia al transporte, pero en la Ciudad ingresan diariamente casi dos millones de trabajadores que en la mayoría de los casos utiliza el transporte público. O que la Ciudad aporta el 20 por ciento de los fondos coparticipables y recibe menos del 2 por ciento
¿Acaso no es absurdo que las provincias terminen decidiendo en el Congreso la suerte de los vecinos de la Ciudad? Sin duda Macri debiera, por la gravedad de la situación, convocar a todos los senadores y diputados por la Ciudad y elaborar una estrategia común. Debe ser tratado como un tema institucional, no partidario.
Así, rehén de una pelea en clave electoral, el porteño pagará ahora $2,50 por cada viaje en subte, con el peligro de que un aumento similar alcance a los colectivos.
Para Macri no parece ser un problema. Al contrario, algún asesor le llevará encuestas que subrayen la importancia de enfrentar a Cristina pensando en el 2015. Mal por él, que no entiende que sufrirá en el Congreso una votación en contra de casi todos los partidos y dirigentes. No tanto para la Presidenta, que decidió no ganar la Ciudad hace mucho tiempo.

Por Diego Kravetz, dirigente de Identidad Porteña

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