El Peronismo nació el 17 de octubre, y uno de los rasgos principales de esa jornada fue la gran movilización obrera hacia la plaza de Mayo para pedir la libertad del coronel Perón. No había solo obreros en esa movilización pero todos coinciden en que fueron la gran mayoría, incluso algunos sectores de la prensa que desarrolló varios epítetos despectivos para referirse a ello, por ejemplo “aluvión zoológico”. No necesito explicarlo, les provocó mucho miedo esa gran masa de obreros pidiendo la libertad de Perón.
Pero no era la primera vez que los obreros se movilizaron en la historia de nuestro país, ya lo habían hecho en forma masiva en los primeros años del siglo XX reclamando por sus derechos y, posteriormente, llegando a la década del 20 también hubo grandes movilizaciones, por ejemplo durante la “semana trágica” donde fueron duramente reprimidos. Sin embargo, muchas cosas habían cambiado. Las grandes migraciones internas de nuestro país habían acercado a mucha gente de las provincias hacia las ciudades, donde comenzaron a realizar tareas fabriles. Eso se combinó con una dirigencia que, para bien o para mal, ya tenía experiencia, dirigentes que en algunos casos veían con sorpresa la política de promoción de derechos que realizaba el coronel Perón desde la Secretaría de trabajo y previsión y en otros casos con mucha desconfianza.
No está de más señalar que ante el hecho de que Perón estuviese preso, en esa obsesión que tienen los sectores de poder de encarcelar a los dirigentes populares, sucedió con Yrigoyen y con Perón, en el 55 fue distinto intentaron matarlo, también pusieron presos a muchos dirigentes peronistas con las convicciones claras sabiendo muy bien lo que defiendan. Entonces, Perón estaba preso y la CGT no se decidía a llamar a un paro, hasta que finalmente por solo un voto triunfa la moción de hacerlo pero la fecha a la que convocan es el 18 de octubre. Los trabajadores indudablemente sobrepasaron a las dirigencias, a todos los tipos de dirigencias, y marcharon el mismo 17 de octubre en una enorme movilización que logró la libertad de Perón.
Esto cambia toda la composición de fuerzas en la política argentina, porque los obreros definen la historia con esa enorme movilización y le otorgan al peronismo esa identidad nueva. Perón estaba muy defraudado con sus camaradas de armas, sentía que lo habían dejado solo, que no habían confiado en él, que en los momentos difíciles muchos se habían borrado. Esa relación que Perón construyó con los trabajadores, y que duró hasta el día de su muerte. Es una relación que lo trascendió porque los trabajadores han construido una memoria del Peronismo.
Los militares, aún los que apoyaban a Perón (salvo algunos como Mercante, que luego fue gobernador de la provincia de Buenos Aires), tenían mucha desconfianza de la movilización de los obreros, los preferían en una actitud pasiva, que tuvieran más derechos sí, pero no que fueran un factor de poder.
Por eso esa relación líder – masa es un hecho muy original que inaugura el peronismo en la política argentina. Es el ingreso de los obreros en la política, con protagonismo. El propio Perón que había sido profesor, y por lo tanto manejaba una capacidad de síntesis pedagógica enorme, lo graficó con varias de sus frases, al estilo de “a mi ser coronel me costó muy poco, lo que me costó mucho fue ser Perón” o “dejo de ser un coronel de la nación para ser un general del pueblo”. Es decir, el propio Perón se transforma en este hecho tan importante como fue el 17 de octubre. Los trabajadores sienten una deuda con Perón y van a liberarlo, Perón se siente en deuda con los trabajadores porque ellos le han permitido recobrar la libertad, pero después del 17 de octubre son trabajadores con poder de decisión.
El 17 de octubre fue una gesta popular, tuvo una épica, una mística, “el subsuelo de la patria sublevada” en palabras de Scalabrini Ortiz, que construye una imagen hermosa. Fue aquello que no se veía, que todos sabían que estaba, que existía, pero que lo invisibilizaban.
En la misma plaza Perón dice: “interpreto este movimiento colectivo como el renacimiento de una conciencia de los trabajadores, que es lo único que puede hacer grande e inmortal a la Patria”. Podríamos hacer un curso sobre esta frase, da para mucho, pero claramente su confianza política está puesta en la movilización del movimiento obrero.
Ahora bien, ¿cuál es la gesta de hoy? ¿Qué nos puede enseñar el 17 de octubre para los tiempos que corren? Nos toca construir otra gesta con la mística que corresponde a los grandes acontecimientos, no podemos bajar los brazos. Es necesario para el país y para nuestro pueblo que el peronismo se organice, se prepare y milite para representar legítimamente un proyecto que represente genuinamente a la mayoría del pueblo argentino.
Hoy el gobierno representa otros intereses que no son los intereses de los trabajadores, es de fácil percepción y tengo plena confianza en que los trabajadores saben diferenciar entre un gobierno que los defiende y un gobierno que los ataca.
Y esto es lo segundo que me parece muy importante, con respecto al 17 de octubre y al presente, y es la confianza en nuestro pueblo. Sin esa confianza en la capacidad de nuestro pueblo, no podemos realizar nada, o por lo menos no como peronistas, los peronistas confiamos en que nuestro pueblo tiene capacidad de discernir.
Los Peronistas tenemos que dejar la tristeza de lado y comenzar a construir esa gesta con todos los desafíos que ello implica tenemos que interpretar al pueblo, la enseñanza que nos dio eligiendo una alternativa contraria a los intereses de los más humildes.
Tenemos el desafío y la gesta de construir una nueva mayoría, tenemos los valores, tenemos la historia, las enseñanzas, nos falta enamorar nuevamente al pueblo, para que tomen las banderas y lo tenemos que hacer ya, el pueblo y la patria así lo requiere.
Esto que está pasando en la Argentina, una especie de revanchismo hacia los sectores populares y los trabajadores, como fue en 1955. Es decir, estamos presenciando una persecución. Por lo tanto en esta gesta, debemos discutir y reflexionar pero debemos tener cuidado, porque no estoy hablando de persecución solo de dirigentes, la revancha es hacia los sectores populares y trabajadores, hacia los derechos obtenidos y hacia su dignidad. Nuestro pueblo no va a quedarse de brazos cruzados, se va a defender como se defendió el 17 de octubre, con las herramientas de los tiempos que corren pero con la misma confianza en el porvenir para que esa conciencia de trabajadores haga grande e inmortal a la Patria.