La difícil situación en la que se encuentra la Argentina hoy, y la ineptitud, cuando no la mala intención que han demostrado los gobiernos de Cambiemos, tanto provinciales como nacionales, vuelve a demandar al Peronismo, pero por sobre todo a los/as dirigentes peronistas, un esfuerzo más para lograr la unidad que garantice la victoria.
Describir la situación en la que estamos nos lleva a mencionar: un endeudamiento monstruoso, aumento de tarifas y servicios, las inflación más alta de los últimos tiempos, caída del poder adquisitivo de trabajadores y jubilados, desplome de la pequeña y mediana empresa, cierre de comercios y hundimiento de la industria nacional hacen que la situación sea realmente de emergencia.
Los funcionarios del Gobierno nacional en sus apariciones públicas nos relatan la realidad, son comentaristas de las situaciones sociales que atraviesa nuestro pueblo. Pero lo peor de todo es la falta de realidad de nuestro presidente, por la mañana en casi cadena nacional nos dice que está bajando la inflación, y por la tarde nos informan un índice mensual de casi 3%, es preocupante su actitud y la mirada de realidad que tienen.
Descripta la triste realidad que nos toca vivir pensé como un aporte más a esa construcción de la unidad que tanto se habla y poco se trabaja, y se me ha ocurrido pensar esa trabajosa y necesaria unidad en base a los “principios” que guían el accionar de Francisco al frente de la Iglesia Católica.
Principio I: “El tiempo es superior al espacio”. “Es una invitación a asumir la tensión entre plenitud y límite, otorgando prioridad al tiempo. Uno de los pecados que a veces se advierten en la actividad sociopolítica consiste en privilegiar los espacios de poder en lugar de los tiempos de los procesos”.
El proceso de unidad del peronismo ha comenzado en el mismo momento en que ha quedado claro que solo así se puede garantizar la victoria, pero no puede ser una unidad que sólo privilegie a los dirigentes o a los operadores. Necesita ser una unidad que tenga como principal beneficiaria a la masa popular que ha sido enormemente castigada por un gobierno insensible.
Principio II: “La unidad prevalece sobre el conflicto”. “El conflicto no puede ser ignorado o disimulado. Ha de ser asumido. Pero si quedamos atrapados en él, perdemos perspectivas, los horizontes se limitan y la realidad misma queda fragmentada. Cuando nos detenemos en la coyuntura conflictiva, perdemos el sentido de la unidad profunda de la realidad”
La unidad solo se construye desde diferentes ideas, es una unidad que reconstruya lo diverso del espacio que habitamos, no es una uniformidad sin riquezas. Pero quedarnos en la diferencia no nos ayudará a construir la herramienta necesaria para la derrota neoliberal. Sabemos que tenemos que lograr las mejores representatividades pero también sabemos que tenemos que garantizar la victoria.
Principio III: “La realidad es más importante que la idea”. “Esto supone evitar diversas formas de ocultar la realidad: los purismos angélicos, los totalitarismos de lo relativo, los nominalismos declaracionistas, los proyectos más formales que reales, los fundamentalismos ahistóricos, los eticismos sin bondad, los intelectualismos sin sabiduría”
Nuestro pensamiento debe iluminar la realidad, no oscurecerla. Y la realidad de la Argentina hoy, es la de un país que necesita un “cambio” profundo de la dirección que el neoliberalismo en el gobierno le ha impreso. El que divide juega para Macri.
La realidad del Peronismo hoy es la necesidad de unidad.
Principio IV: “El todo es superior a la parte“. “No hay que obsesionarse demasiado por cuestiones limitadas y particulares. Siempre hay que ampliar la mirada para reconocer un bien mayor que nos beneficiará a todos.”
La unidad del peronismo producirá indefectiblemente una derrota de Cambiemos y esa es la principal necesidad del pueblo y del Peronismo.
Sin derrota neoliberal no hay beneficios para nadie. Cambiemos avanza en la atomización de la sociedad y exacerbando la confrontación, el Peronismo lo hace en la conducción de la Unidad, y recreando una sociedad fraterna.
Quisiera que esta humilde reflexión sirva para que “todes” los dirigentes tomen conciencia de su responsabilidad que piensen en la militancia que reclama la unidad y que otro gobierno de Cambiemos sería un golpe muy duro para el pueblo.
La unidad no tiene límites entre peronistas, y tampoco se construye con un “me gusta”, con un “retweet”, con un “like” ni con un “visto”. Se construye cara a cara, poniéndose de acuerdo en un plan de gobierno, con renuncias personales, con generosidad, dejando los egos de lado pensando en el beneficio del pueblo argentino que está sufriendo las políticas de un gobierno cínico, insensible, marketinero y que hace del ajuste una política de estado. Hay que salir del modo avión y poner al Peronismo en modo unidad