Señores legisladores que se encuentran analizando para su votación la Ley Nacional de la Música:
En nombre de toda esa legión de jóvenes que eligió la música como un camino y forma de sustento, de todos esos chicos que pueden ser algunos de sus hijos o parientes y ustedes ya se habituaron a ver recorrer las calles con su instrumento a la espalda.
En nombre de los miles y miles de instrumentistas de las más variadas disciplinas que han consagrado años de estudio y práctica, soñando con el mínimo trofeo de poder tocar para un público, ser escuchados, dignamente difundidos y con eso, como cualquier otro profesional hacerse cargo de su grupo familiar.
En nombre de los que son, fueron y serán respetables músicos, pero en una asombrosa cantidad emigran para insertarse en cualquier otra sociedad que los respete y les otorgue una plaza laboral en una orquesta, banda o escuela, con la cual poder lograr un bienestar que nuestro país les niega taxativamente.
En nombre de los que trasnochan en las ciudades argentinas mal pagos y llegan a sus casas con la ropa impregnada de humo y alcohol expelido por los asistentes a tugurios en los que deben a veces hasta pagar y endeudarse a fin de encontrar una audiencia que los aprecie.
En nombre de esta inexplicablemente discriminada casta de músicos populares que viene, desde la fundación de nuestro país, aportándole una identidad sonora, una impronta creativa validada a lo largo y ancho del globo, pero desahuciada en su propia tierra.En nombre de todos ellos y del mío como parte directamente afectada observando cómo después de décadas de trayectoria las puertas de la radiodifusión, de la actuación y del lucro más elemental se nos cierran en beneficio de catálogos y espectáculos extranjeros, levanto la voz con urgencia para expresar que:
–Este es el momento de proteger a la música argentina con una ley en armonía con sus necesidades básicas.
–Este es el momento, señores legisladores de empezar a trabajar en otra ley para nutrir de mas financiamiento al instituto nacional de la música Este es el momento de cambiar la historia, de detener la fuga de talentos, de ofrecerle al músico argentino lo que se merece legítimamente y no merece tener que sacrificar al desarraigo, como debieron hacerlo en su momento figuras rectoras como Atahualpa Yupanqui, Ástor Piazzolla y tantos otros.
–Este es el momento de actuar como dignos representantes de nuestros derechos y favorecer a la música a través de esta ley como se favoreció al cine y al teatro en su momento.
"Todos paran, todos paran en demanda de mejora salarial Aunque quiera, yo no puedo. La música no puede parar."
De la canción "Paro general".