A pesar de las declaraciones mediáticas y altisonantes de ciertos políticos autodefinidos como progresistas, la sociedad en ningún momento se dejó confundir. Y desde hace tiempo conoce perfectamente las diferencias entre las palabras “orden” y “represión”. Por eso el tema de los manteros de la calle Florida no puede ser utilizado de manera artera por los oportunistas de toda índole para llevar agua política para sus molinos. La gente ya no cae en trampas dialécticas y mucho menos en discursos con ínfulas sociales y populares de dirigentes que se pasan la vida argumentando soluciones que nunca llevan a la práctica. Y esa madurez de los vecinos de Buenos Aires es una carta que el gobierno porteño de Mauricio Macri debe usar en su favor, para avanzar en la normalización de la vía pública. Y eso incluye no retroceder en la medida adoptada a pesar de las dificultades crecientes y en algunos casos violentas que realicen los supuestos damnificados. Porque en este caso la postura de la sociedad es clara: quiere recuperar la calle para los habitantes de la metrópolis y se niega rotundamente a cederla a las pequeñas mafias que se apoderaron de ella por la fuerza y de una manera autoritaria. Por eso ante la iniciativa política del gobierno de Propuesta Republicana (PRO) de reordenar el espacio público, abocándose en una primera etapa a la peatonal de la calle Florida, debido a las innumerables denuncias de los comerciantes que poseen locales en la zona, contra los vendedores callejeros por competencia desleal; las acciones realizadas por los efectivos de la Policía Metropolitana (PM) de no permitir que los manteros se instalen en la vía pública contaron con el apoyo de la mayoría de los porteños. Y el vallado humano que formaron los integrantes de la PM para impedir que los manteros vuelvan a instalarse trajo consecuencias, ya que un grupo de vendedores callejeros decidieron en un primer momento traspasar el vallado para volver a instalarse en la peatonal, al no poder hacerlo se dedicaron a manifestar su disconformidad a un costado de la hilera de uniformados. La cosa pasó a mayores la tarde del jueves de la semana pasada cuando un grupo de manteros se enfrentó con otro y con efectivos de la Metropolitana a golpes de puño. Hubo corridas, heridos y detenidos. Y como consecuencia de ello, el sector más intransigente de los vendedores callejeros decidió cortar el tránsito vehícular en la intersección de Corrientes y Florida los días subsiguientes en los horarios picos hasta, algunos llegaron hasta instalar sus mantas en plena avenida, que el gobierno porteño no les diera una solución, que ellos consideraran satisfactoria a sus peticiones. Es bueno aclarar que el PRO piensa reinstalar en otro lugar a los artesanos y bajo ningún concepto dejarlos sin trabajo. Al conflicto con los manteros se le agregó luego de los incidentes del jueves la vieja disputa entre Nación y Ciudad, ya que ante la gravedad de los varios políticos PRO aseguraron que también debía actuar la Policía Federal (PF) para garantizar el cumplimiento de la ley. El ex subsecretario de Justicia y legislador macrista, Daniel Presti, recordó que el conflicto de los manteros se suscita en el centro porteño y esa zona corresponde a la Comuna 1 donde la Metropolitana aún no tiene despliegue operativo. Presti, calificó de “eficaz” la decisión de que la PM desplegara un operativo especial contra el comercio ilegal en el centro porteño, pese que la nueva fuerza aún no tenga presencia jurisdiccional en el casco céntrico y sí en otras comunas. El funcionario PRO que llevó adelante la ansiada medida fue el ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, quien en la interna ministerial sumó un poroto con la concreción del reordenamiento de Florida. Y fue muy claro al explicar los motivos de la iniciativa gubernamental. “La ciudad es de todos y hay que respetar las leyes y el interés personal termina donde empieza el general, la metrópolis es de todos, de los turistas, de los trabajadores, de los comerciantes y de todos los que la habitan y quieren transitar por Florida. Tenemos que lograr una ciudad más armónica, más ordenada, que aliente la convivencia, pero tenemos la obligación de hacer cumplir las leyes, que justamente fueron sancionadas para ello” afirmó Santilli. Y además, se encargó de aclarar: “Nos encargaremos de reubicar a los artesanos en otros lugares de la Capital, a los que con su trabajo llevan el pan a su casa, que nada tienen que ver con aquellos que hacen de la venta ilegal y la ocupación del espacio público una política de agresión a la comunidad y al Estado”. Pero pese a todos los obstáculos que desencadenó la iniciativa de ordenar la calle, el gobierno de Macri no puede volverse atrás porque en este caso la ley le da la razón y cuenta con el aval de la mayoría de los vecinos de la metrópolis. Algo que no es poco.
24 January, 2012 | 0:00