Los ministros Hernán Lorenzino y Guillermo Moreno dan estadísticas truchas de la Argentina, que hasta el mismo ministro de Economía tiene que escaparse de una entrevista porque no puede ni defenderlas ni justificarlas. Solo los totalitarismos truchaban las estadísticas públicas y oficiales.
El IndeK nos relata un país de ficción, totalmente alejado de la realidad, o acaso alguien puede creer que tengamos 5% de pobreza y 1,5% de indigencia.
Estamos llegando a un fin de ciclo, la población copó las calles porque quiere un cambio; la mentira, la patota, la prepotencia, la soberbia, tan representativa y propia del kirchnerismo, está llegando a su fin.
Sobre la denuncia a Lázaro Báez, llama la atención que el oficialismo no haya defendido con vigor la figura de Néstor Kirchner luego de su vinculación con el empresario. En estos últimos diez años jamás hubo competencia y transparencia en la licitación de obras públicas. El dedo K siempre favoreció a los empresarios amigos y cercanos al poder. En la Argentina kirchnerista hay evasión, fraude fiscal y lavado de dinero.
El mejor esquema para organizar a la oposición es reeditar el escenario del 2009. Con la UCR, CC y FAP por un lado; y el PRO y PJ Federal por otro. Esos dos bloques deben ir a las internas abiertas con sus listas, y q sea la gente la que decida el orden. Vamos a tener el verticalazo de Cristina y la lista conformada por la gente.
El Gobierno está en un franco retroceso, está desprestigiado. Su única ventaja es que la oposición está balcanizada, fraccionada. Si la oposición se unificara, están fritos.