El 14 de Junio del 2002, a 20 años de La Victoria Derrotada de Malvinas, estando en Rio Grande, Tierra del Fuego, rodeada de sobrevivientes del hundimiento del Crucero Ara General Belgrano y de Comandos Anfibios y Buzos Tácticos, que habían protagonizado el desembarco del 2 de Abril de 1982;parada frente al mar, junto al Monumento que, con sus 17 antorchas encendidas, desafía al viento y a las olas, recordando a los 17 hombres del lugar, que la maldad y la traición, sepultaran en sus profundidades; en una noche oscura como ninguna, donde el cielo se metía en las aguas tumultuosas, un Veterano me señalo en el infinito, la posición de las Islas Irredentas y del sitio del horrendo genocidio del Belgrano.
En aquella hondura negra y fría, vi venir hacia mi, con los brazos extendidos, en sublime y exigente gesto, con las bocas abiertas en silencioso gemido, a los 649 muertos en nuestra guerra, la mas justa del siglo XX y de lo que va del XXI…
Juro que mi espíritu se quedo con ellos. Así lo reclamaban y así lo reclaman de todos los argentinos.
Y, en este juramento va la promesa sagrada de lucha incesante hasta la victoria final…
No podía soñar entonces, que dos años después, estaría acá, rodeada de esposas, hijos, hermanos, padres de aquellos que se quedaron con nuestros espíritus; rodeada de sus camaradas, hoy Veteranos, que dejaron allí sus espíritus; rodeada de argentinos que buscan sus espíritus, en la Gloria de sus muertos. No soñaba estar despidiendo estos bloques de piedra y cemento, que hundirán sus cimientos en los huesos, en la sangre, de los que con sus brazos extendidos y sus bocas abiertas en angélico coro, los saldrán a recibir.
Así como el martillo de Miguel Ángel, hizo brotar del mármol el dolor redentor de Cristo, bajo la mirada desolada de su madre, así el martillo del amor y verdad, del cansancio, del desconcierto, de los sinsabores, de las penurias, de los renunciamientos, de la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur, consiguió penetrar hasta las entrañas esa piedra y ese cemento, dándoles vida para unirse al sacrificio redentor de la Argentina, llevándose con ellos, la mirada desolada de la Patria…
Ya nunca mas estarán solos en Darwin, porque en abrazo inmortal, la Virgen de Lujan, los abrigara en su regazo.
Hoy debería ser un gran día para los argentinos, sin embargo muchos ni siquiera conocerán el sentido de esta ceremonia. Increíblemente han surgido voces de compatriotas irresponsables, poniendo en duda, la legalidad de este Homenaje. Usando argumentos simplones, dirigidos a la chatura de una triste opinión publica que se alimenta del chisme y el escándalo.
Pero hoy partimos hacia la historia, bajo una bandera que no es la nuestra…Hoy partimos hacia Malvinas ,bajo la bandera de los santos y los héroes, el cielo celeste y blanco, que ningún enemigo nos podrá arrebatar. Hoy partimos en solitaria aventura, para, en soberana presencia, mostrar al mundo las tumbas de los grandes. Hoy partimos para que la Gloria que yace bajo la turba helada reciba el calor de nuestras lagrimas, de nuestros ruegos, de nuestro orgullo y de nuestro honor…
Este monumento, es como saldar en algo la cuenta pendiente por la insolencia del usurpador. Es como reconocer, en algo, el precio de la entrega máxima, desinteresada, callada, ejemplar. .Es como mostrar a los argentinos incrédulos, indiferentes, ignorantes, que lejos de la holgura y la comodidad, unos jóvenes hombres, a los cuales menosprecian tildándolos de "chicos", en respuesta al llamado de la Patria, dieron lo único que tenían: sus preciosas vidas.
Este Monumento es elevar a los veteranos, en sus heridas, en sus recuerdos, en sus insomnios, hasta la cumbre de su valentía, porque en cada uno de sus camaradas muertos, descubrieron a Dios. Es devolver a las esposas, los hijos, los padres, los hermanos, las novias, los amigos, un puñado de la honra que con su heroísmo nos legaron.
Este monumento es el fruto del tesón en contra de la desidia, de la Verdad en contra de la calumnia, del valor en contra de la cobardía, de la Gracia en contra de la maldad. Es la Argentina victoriosa de San Martín, en contra de la argentina decadente, de las ideologías trasnochadas. Es la luz contra las tinieblas. Es la justicia contra la venganza.
Este monumento es la Patria, altiva y señora, llevada en el carro triunfal de los vencedores, a los aires surcados por pilotos admirables; a las profundidades del mar iluminadas por las cruces de los rosarios que sacralizaban a los que allí encontraron su reposo; a la turba sedienta de la sangre de sus hijos, que tanto demoraron en saciarla… Allí va la Patria, portadora de una soberanía irrenunciable, que reniega de obsecuentes y traidores; que nunca será moneda de trueque; que languidece bajo un viejo paraguas, pero que desde ahora, Maria de Lujan, reafirma y fortalece.
Los tiempos de Dios, no son los de los hombres. Los de la Patria tampoco. Pero Dios y Patria marcan los tiempos de los hombres, que no se miden en días, ni meses, ni años, sino que se plasman en lo hondo de las conciencias rectas, que lejos de los resplandores del poder, descubren en las pequeñas cosas, la grandeza de las autenticas victorias.
A los muertos en Malvinas, a sus familiares, a sus veteranos, a los argentinos bien nacidos. ¡¡¡Coronados de gloria vivamos o juremos con gloria morir!!!
(*) Madre del Capitán de Infantería de Marina D. Pedro Edgardo Giachino, del primer argentino caído en las acciones de recuperación de las Islas Malvinas el 2 de abril de 1982. El discurso fue dicho en la ciudad de Campana el 20 de febrero de 2004, durante el acto organizado por la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas para despedir el Monumento que se erigirá en el Cementerio de Darwin.