En declaraciones al matutino Página 12, el lunes 23 de febrero, la Senadora Vilma Ibarra, vertió algunos conceptos sobre el peronismo que me gustaría analizar y no dejarlos pasar tan livianamente.
Dijo, por ejemplo que el peronismo de la Ciudad de Buenos Aires no existe y que además no tiene destino.
Con respecto a su inexistencia, cabe aclararle a la Senadora que hasta febrero del 2003 un candidato del peronismo encabezaba las encuestas para jefe de Gobierno de la Ciudad y que las mismas, a su vez, marcaban una magra cosecha de opiniones favorables para Aníbal Ibarra, quien marchaba tercero.
El entonces candidato peronista para la Ciudad, Daniel Scioli, decidió aceptar en ese mismo mes la candidatura a Vicepresidente de la Nación ofrecida por Néstor Kirchner. No hace falta señalar que finalmente esa fórmula fue electa, posibilitando que hoy los argentinos, de la mano de nuestro presidente, estemos transitando un camino de recuperación y esperanza.
En los pocos meses que separaron las elecciones nacionales de las de la Ciudad, el peronismo no logró reformular una política en tan poco tiempo que fuera competitiva. Por ello el presidente Kirchner decidió su apoyo a Aníbal Ibarra, quien de esta forma pudo alcanzar su reelección con mucho esfuerzo peronista recién en segunda vuelta. A mi entender, de ninguna otra forma lo hubiese conseguido.
Por otra parte, si de inexistencia de partidos hablamos, me pregunto desde cuál habla la Senadora, que si la memoria no me falla, arribó a su actual lugar en el Senado de la Nación secundando a Rodolfo Terragno en representación de la Alianza (me refiero a la irresponsable alianza entre el partido radical y el actual partido de Ibarra, del cual, sabrán disculparme, no recuerdo el nombre).
En cuanto a que el peronismo en la Ciudad no tiene destino, la Senadora debería tener presente que el justicialismo tiene mucho para ofrecerle a Buenos Aires. Hombres como el Vicepresidente de la Nación, como el Jefe de Gabinete de Ministros, Alberto Fernández, el Ministro del Interior Gustavo Béliz, el ministro de Educación, Daniel Filmus, sólo si hablamos de ministros. En ellos y muchos más están contenidos miles de militantes peronistas porteños que, pese a muchas frustraciones en el ámbito de la Ciudad, nunca se desentendieron de los problemas de la gente, y se involucran desde lo social, lo cultural o desde la misma militancia política.
Ese peronismo "que no tiene destino" somos todos los que hoy acompañamos desde la Ciudad el sendero de reconstrucción que inició el Presidente Kirchner tras la verguenza y debacle del gobierno de la Alianza. Todos saben, pese a que alguien les pueda decir que no tienen destino, que el futuro se construye todos los días, con trabajo, con esfuerzo y también con un fuerte sentido de pertenencia desde un gran movimiento a una idea. La nuestra es la de siempre, la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación.