¿Por qué el sistema de salud de la Ciudad, con 30 hospitales cabecera y 45 centros de salud, no responde a las necesidades de un tercio de la población porteña? ¿Por qué si uno mira el mapa de la pobreza/ NBI de la Ciudad y lo superpone a un mapa de prevalencia/ incidencia de tuberculosis, desnutrición, mortalidad infantil, VIH, dengue, hepatitis y adicciones, los puntos rojos coinciden? La mortalidad infantil es la demostración de la desigualdad social y su impacto en la inequidad en salud.
En las comunas 2 (Recoleta) y 13 (Belgrano, Núñez, Colegiales) hay una mortalidad infantil de 5 por mil y 4,3 por mil; pero en la comuna 8 (Villa Lugano, Villa Soldati y Villa
Riachuelo) pasó de 10,7 por mil en 2007 a 11,9. Es decir, la mortalidad infantil del sur duplica a la del norte.
La gestión actual se preocupa por:
**Segmentar la atención en salud entre porteños y no porteños, pobres y ricos.
**Reformar los sistemas administrativos empeorando el acceso a insumos y medicamentos.
**Desinvertir en RR.HH.
**Mantener los negocios de la industria farmacéutica con un pacto con la corporación profesional y, además, vetar la producción pública de medicamentos esenciales, sueros y vacunas.
Debemos construir un nuevo tiempo de la salud colectiva –como lo indica la Ley 153 de la Ciudad, aún sin reglamentar–, con un sistema universal donde el Estado garantice la gratuidad, la integralidad, la calidad y la prevención promoción colectiva e intercultural, e incluya la participación social en la toma de decisiones y el control. Los recursos están, la decisión no. La pregunta es si esta varieté del sistema político local que privatiza el espacio público y reprime con la UCEP a los desamparados, asfalta calles norteñas y subejecuta partidas socio-sanitarias, en definitiva,
que carece de ideas y políticas públicas de salud, protección
social y construcción de ciudadanía, puede interesarle esto. La
Ciudad, cada día más, va rumbo a convertirse en un Estado sin ciudadanos.