Es preocupante la política de emprendimientos que existe hacia la zona sur de la Ciudad sin un estudio global de impacto ambiental, que permita evaluar las consecuencias. Cuando los proyectos se toman de a uno puede ser que no tengan una incidencia muy grave, pero cuando se los aborda en conjunto el panorama se ve muy complicado.
Buenos Aires hace rato que está en emergencia porque no tiene una plan de conectividad y un plan en conjunto, integral, con el Gran Buenos Aires. Todos los días ingresan unos tres millones de personas, duplicando la población de la Capital durante el día; tenemos problemas de transporte, problemas con la gestión de los residuos, falta de espacios verdes, una serie de dificultades que deberíamos coordinar con la Provincia de Buenos Aires.
La cantidad de proyectos planteados sobre la costa del Río de la Plata también prende una señal de alarma. Allí, la Ciudad tiene un gran pulmón verde. Además, la razón por las que la Ciudad de Buenos Aires no tiene altísimos niveles de contaminación -como otras grandes ciudades, por ejemplo, Santiago de Chile y el DF de México-, son los vientos que vienen desde el sudeste. Por eso, todas las construcciones en altura que se hagan sobre la costa sudeste de la Ciudad va a perjudicar la situación ambiental.
La zona sur es donde existen territorios más amplios y menor valor de la tierra; son grandes oportunidades para hacer negocios. Esto perjudica la situación de los barrios, no sólo porque modificará absolutamente sus características, sino porque la gente que vive allí no quiere ser expulsada por un aumento del valor de la tierra y por esta sucesión de emprendimientos inmobiliarios. ¿Qué política va a darse el Gobierno porteño, sobre todo con la gente de menores recursos que vive en el sur? Así como vamos, no les va a quedar otra que mudarse, fundamentalmente los que alquilan.
A esta situación, que ya se plantea es grave, se suman los proyectos del Gobierno nacional, el Polo Audiovisual en la Isla Demarchi y el Barrio Santa María en la ex Ciudad Deportiva están separados por una calle. Las dos iniciativas incluyen emprendimientos inmobiliarios de alto impacto ambiental, con torres de gran altura. No puede aislarse lo que planea hacer el Gobierno porteño y el Nacional. Evidentemente, hay una ofensiva de los intereses económicos que están entrelazados por debajo del Gobierno Nacional y del Gobierno de la Ciudad.
Acá hay que hacer una evaluación ambiental estratégica. Para la ley actual, la construcción de viviendas no genera impacto ambiental. Yo he planteado modificar esta norma, porque si yo construyo diez torres en una manzana evidentemente estoy generando impacto; eso hoy no se tiene en cuenta.
Hay que hacer una reevaluación de toda la Ciudad y que los emprendedores de los grupos económicos se adapten a lo que la Ciudad planifica; no al revés. Acá primero se hace el acuerdo económico y después se presenta la ley.