Los argentinos día a día nos sorprendemos con la conducta de una oposición que cada día se vuelve más intolerante, violenta y mentirosa.
Esta última semana nos encontramos con un pequeño grupo de propietarios de campos que intentaron impedir la expresión popular que se da a través de la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires. Este grupo de inadaptados presionaron sobre los diputados y los senadores para que no votaran el revalúo de las propiedades rurales cuyos valores no eran aumentados desde hace mas de 50 años. Estos sectores, que han sido privilegiados durante tantos años, producto de sus permanentes presiones, agredieron a los representantes del pueblo tirando huevos hacia el edificio donde se encontraban sesionando intentando amedrentarlos. No sólo esto, sino que decidieron concretar un paro de 9 días contra una ley que había sido votada por casi el 70% de los legisladores.
Toda esta despreciable conducta era acompañada por los medios corporativos conducidos por Héctor Magnetto, quien además, se sentía también victima de los hombres y mujeres elegidos por el Pueblo porque habían terminado con una inexplicable exención por la cual la televisión por cable no pagaba Impuesto a los Ingresos Brutos provinciales. Una vez mas estas corporaciones van perdiendo sus privilegios. No sólo era solidario con la banda de matones sino que estaba enojado porque le habían tocado su inalcanzable bolsillo.
Pero esta violencia fue acompañada por un grupo de vecinos con reminiscencias de la Dictadura Militar (sino veamos la Sra. Pando), que salieron a golpear sus ya abolladas cacerolas. Esta forma de reclamo no tuvo el respaldo que los medios que la habían convocado presagiaban, con lo cual de inmediato apareció la intolerancia de estos grupos minoritarios. Las victimas fueron los jóvenes periodistas y camarógrafos del programa 6, 7 y 8. Con violencia inusitada una horda de salvajes atacó a indefensos hombres de prensa cuando habitualmente ellos se presentan como paladines de la libertad de expresión. El fracaso a su convocatoria los descontroló y los mostró tal cual son: violentos e intolerantes.
Pero el sábado agregaron otra de las características que hoy ofrece la oposición: la difamación y la mentira. El Jefe de Gabinete de Macri, Horacio Rodríguez Larreta fue erróneamente agredido por un grupo de socios del Club Comunicaciones. El funcionario porteño muy suelto de cuerpo no tuvo mejor idea de afirmar que eran jóvenes encapuchados de la Cámpora. Realmente una grosería más, a la cual nos tienen acostumbrados estos macristas que saben que cuentan con la complicidad de los grupos periodísticos que dirige Magnetto. Como la mentira tiene patas cortas, esta acusación sobre la Cámpora solo pasó a ser una conducta ridícula de estos funcionarios que van perdiendo toda seriedad y credibilidad.
Los peronistas porteños manifestamos enérgicamente nuestro repudio a estos sectores minoritarios que intentan condicionar a la expresión popular presionando sobre la libertad de los legisladores, como así también en su intolerancia le pegan a los jóvenes periodistas que realizan su tarea, intentando intimidarlos en su trabajo cotidiano. Pero además repudiamos a los funcionarios del Gobierno de la Ciudad que difaman a los jóvenes que participan democráticamente en politica utilizando como herramienta la mentira que difunden a través de los medios monopólicos.
Los peronistas porteños les decimos que el Pueblo argentino siempre les va responder de la misma manera: con su participación militante y finalmente con el voto, cuyos resultados deberían recordar con mayor frecuencia. Los argentinos queremos vivir en paz, sin mentiras y construyendo entre todos un país en el cual la felicidad del pueblo y la grandeza de la patria sean los objetivos comunes.
Carlos Montero
Secretario de Prensa y Comunicación
Partido Justicialista de la Ciudad de Buenos Aires