Apoderado del PJ porteño y dirigente de UPCN; conductor del programa “Castillo de Cartas”, que se emite los lunes de 13 a 14 por Radio Zónica.
El planteo del movimiento obrero es claro y conciso respecto de un plan que acción que se le va a exigir al Gobierno nacional para que retracte y dé marcha atrás en las medidas de ajuste que fue aplicando en la economía. 500 mil personas le indicaron a Macri que algo funcional mal en la Argentina, y son muchos los sectores, no sólo los más humildes que estuvieron en la plaza, sino también muchísmismos de clase media que acompañaron la movilización de la central sindical diciendo que es necesario que el Gobierno cambie el rumbo.
La CGT se pone en la centralidad de la discusión política con esta movilización, y esto, naturalmente, rompe la bipolaridad política que en Argentina desde años vienen discutiendo el kirchnerismo y el macrismo: oficialismo u opisición, leales o traidores; y en esa lógica, la política del Gobierno fue siempre dibujar un opositor a quien culpar y a quien hacerlo eje de todos los males.
Recuerdo cuando Néstor Kirchner hablaba de Mauricio: no se olviden que es Macri, o cuando Cristina se envalentonaba y decía públicamente que armen un partido y nos ganen en las elecciones, cuando el enemigo en ese momento era el multimendio Clarín. Lamentabalemente fue lo que sucedió.
El macrismo funciona exactamente igual: toma las enseñanzas de esta bipolaridad del gobierno anterior y vuelve a plantear la política en un eje amigo-enemigo profundizando la grieta. Para ellos, la lógica Cristina-opisición, y ellos Gobierno, es lo que entienden que les garantiza la continuidad en el poder; y estoy convencido de que la movilización de la CGT es lo que irrumpe en la realidad Argentina y rompe esta bipolaridad.