Aunque nadie lo reconozca públicamente, ni en su despacho del Congreso ni en las oficinas de su Fundación Suma, todos los cañones apuntan a que Mauricio Macri mantenga la palabra que le diera en aquel viaje a Mendoza (el de la debacle electoral de Orly Terranova) sobre su decisión que sea ella la candidata. Aquella charla que publicara en exclusiva este medio, de todos modos no deja de ser una verdad a medias, ya que la otra parte de la misma puede llegar a ser que por razones judiciales, políticas o por ambas, Mauricio Macri no logre plasmar su candidatura presidencial y tenga que intentar ser reelecto en esta Ciudad. Por supuesto que esto hoy parece estar muy lejos por las mediciones y porque hay un tercio aproximado, que no es kirchnerista ni radical que no tiene definido ni estrategia ni candidato, podría ser Macri o no.
Y como en lo de Michetti no se habla de otra cosa que cuando Gaby sea Jefa, a ella hay que endosarle por supuesto un segundo o una segunda para completar la fórmula del éxito tan soñado. Sucede que son muchos los que sueñan y los que apuestan a quedarse con ese lugar, lo que pasa es que a la mitad de ellos Gaby no los quiere y la otra mitad no la quiere a ella, en algunos casos producto de la ya clásica interna con Horacio Rodríguez Larreta y en otros por discrepancias menores pero todas tienen su ruido.
Justamente uno de los que tallará más fuerte en ese cierre de candidaturas es Rodríguez Larreta, por razones obvias, es el jefe de Gabinete quien ha acumulado más poder desde que se iniciara el gobierno de Macri. Su capacidad de trabajo, su orden, una lógica política que cierra bien tanto con Macri como con el resto del arco político. Más allá que por su mente solo pasa su candidatura a jefe de Gobierno, Horacio es consciente que en las medida que se acerque la fecha empezarán a mandar las encuestas y allí es que tendrá que tomar buenas decisiones para defender su poder acumulado con el con que podrá también impulsar a terceros. Una de las posibilidades que maneja es la de encabezar la lista de diputados para ser el mandamás en la Legislatura si es que los números le sonríen al PRO. Para él y para todos, es muy diferente si el candidato es Mauricio o Gabriela.
Para secundar a Michetti, si ella fuera candidata se manejan hoy por ejemplo los nombres del rabino Bergman que trae una sola incógnita para el electorado: ¿quién gestiona en esa fórmula? Es algo así como Pan fresco y calentito que sería Gaby con pan duro de anteayer que sería rabino que tiene un discurso parecido pero lo único que suma es problemas con la colectividad, es alguien sin nada construido sobre un discurso interesante. Pero él está hoy en la cabeza de Gabriela. Habrá que ver.
Una solución que tiene más que ver con las alternativas históricas que maneja PRO es un cierre con sectores del peronismo, y es en este caso Diego Santilli quien cuenta con las mejores chances. Y como Gabriela ya de por si tiene ese perfil que tanto atrae a los radicales, Santilli podría ser el complemento ideal para sumar imagen de gobernabilidad, esa que perdura en el peronismo y se hace notar en cada elección. A Hernán Lombardi mientras tanto le pasa algo parecido que al rabino, no es tan visiblemente radical para sumar per se a lo largo de avenida Rivadavia y aunque lo fuera competiría con el perfil parecido al de la candidata, sin aportarle mucho.
Pero Macri tiene que solucionar antes que nada su problema con la Justicia ese que le puede trabar desde algún lugar –atención a la Corte o la propia María Romilda Servini de Cubría- su candidatura nacional. El peronismo puede bancar procesados propios (y no siempre) pero los ajenos le resulta demasiado fuerte. El otro tema tiene que ver, más allá del gusto o no de Macri de presentarse en la Ciudad si no le quedara otra opción, con analizar también un escenario en el que Macri quedara absolutamente fuera de los Palacios de Gobierno. Quienes conocen este país y sus curvas aseguran que a Macri le vendría muy bien conservar alguna cuota de poder personal para transitar con tranquilidad los próximos años. El fantasma de Cavallo acecha siempre a los ex gobernantes.