La Defensoría del Pueblo de la Ciudad en su carácter de observadora electoral visitó 103 escuelas durante el horario comicial. Se cubrieron así 11 de las 15 comunas permitiéndonos una mirada panorámica sobre el funcionamiento de nuestras instituciones y de la ciudadanía en el ámbito de nuestra ciudad.
Debemos destacar como excelente la presencia, organización y eficiencia de los delegados electorales que dispuso el Poder Judicial (Junta Nacional Electoral) que no sólo fiscalizaron el comicio sino que además fueron referentes jurídicos ante las dudas de los presidentes de mesa, y nexo permanente con la Junta Electoral en este distrito.
También es encomiable la actitud que el personal de las Fuerzas Armadas tuvo para con los votantes orientándolos hacia las mesas, ayudando a los discapacitados y cooperando en el desarrollo de esta jornada cívica. Las fuerzas de seguridad tuvieron también una presencia ordenadora y cooperante.
La infraestructura de las escuelas y particularmente su inaccesibilidad y variados obstáculos para las personas con movilidad reducida, merece un párrafo especial. Sólo excepcionalmente hubo establecimientos con rampas o ascensores. Mayoritariamente los colegios no son edificios amigables para los ancianos, ni embarazadas, ni sillas de ruedas, ni lesionados con muletas. Mesas sólo accesibles subiendo más de una escalera pusieron a los presidentes de mesa en permanente trajín de bajar con la urna para garantizar el derecho al sufragio de votantes sin posibilidad de llegar por sus propios medios.
Aunque el inicio de la jornada se demoró en la mayoría de los establecimientos por falta de autoridades o tardanza del correo, todo fue subsanado y en nuestra ciudad podemos declararnos conformes con el comportamiento de las instituciones y de la ciudadanía, aunque mucho quede por mejorar para lo sucesivo. Aunque en algunas mesas faltaron boletas electorales, no fue ésa la regla sino la excepción.
Un comentario aparte merece la lamentable iniciativa de una producción televisiva de haber instalado a los personajes que imitan a los candidatos en los lugares de votación de los verdaderos, como si el acto electoral fuera la continuación del show por otros medios.