La lucha de las mujeres en la búsqueda de igualdad debiera ser más que un slogan, pero pareciera que los necesitamos para hacernos visibles. Podremos repetir “Ni una menos”, vestirnos de negro, hacer paros o “tetazos”, pero mientras las estadísticas nos sigan “matando” estaremos en deuda.
En la histórica construcción e integración social las mujeres corremos de atrás. Hubieron logros como el de la posibilidad de votar o que no hubiera lugares e instituciones vedadas de acceso a las mujeres, que antecedieron a otros (como el cupo femenino) que ya nadie discute.
Sin embargo, aún nos falta transitar un largo camino. Vinculado a históricos reclamos de la vida laboral, el desigual reparto en la tareas domésticas, la naturalización de los cuidados familiares y los inaceptables y alarmantes índices de violencia de género.
Lo que se mide no se discute. Y debe servir para planificar nuevas políticas de Estado. Las estadísticas de distintas entidades oficiales y ONGs nos dicen lo siguiente:
. Solo trabaja el 41% de las mujeres (65% de varones).
. Las actividades de las mujeres son: 17,47% en el servicio doméstico, 16% en el comercio minorista, 13% en educación, 10,85% en los servicios sociales y de salud, 8,18% en la administración pública, 6,18 % en actividades inmobiliarias y empresariales.
. A igual puestos y cargos las mujeres ganan en promedio 32,3% menos que los varones.
. El 57% de las mujeres que trabaja lo hace en tiempo parcial (part time).
. La tasa de actividad de las mujeres pasa de 54% entre las que no tienen hijos a 39% cuando hay más de un menor en el hogar.
. Una mujer ocupada full time dedica más tiempo promedio al trabajo doméstico (5,5 horas) que un hombre desempleado (4,1 horas).
. En la Argentina una mujer muere cada 37 horas víctima de violencia de género (en el 71% de los casos el asesino fue su pareja).
. En la provincia de Buenos Aires, en 2016, se registraron más de 80.000 denuncias por violencia de género.
. En todo el país se producen en promedio 50 ataques sexuales por día.
La “foto” que nos dejan los números estremece y moviliza, pero no puede dejarnos perplejos. Debe obligarnos a ponerle el pecho, no con tetazos mediáticos, sí con acciones que nos permitan garantizar que el camino de la búsqueda de igualdad y paridad no se detenga por un lado; y el castigo a los asesinos sea ejemplar, por otro.
Mi granito de arena en la construcción de visualizar ese camino, en este mes de la mujer, fue convocar a la artista plástica Ruth Viegener y su obra “Heroínas”. Se trata de una reparación histórico-artística en homenaje y reconocimiento a 18 próceres latinoamericanas.
Hasta el 31 de marzo los bustos de las heroínas estarán en el 1º entrepiso del Anexo A del Congreso, Rivadavia 1841, con entrada libre y gratuita, de lunes a viernes de 9 a 20 horas. Se trata de algunas de las mujeres que participaron activamente en el proceso de emancipación de América Latina del S XIX. Del Virreinato del Río de la Plata están presentes Mariquita Sánchez, Macacha Güemes, Juana de Lara y Juana Azurduy. Mientras que por el Virreinato del Perú, María Andrea Parado. También forman parte de la muestra Micaela Bastidas, amiga y consejera de Tupac Amarú, y Wakolda, guerrera mapuche y compañera de Lautaro. Las 18 Heroínas se completan con: Leona Vicario, Josefa Camejo, Policarpa Salvatierra, Javiera Carrera, María Quitéria, Manuela Sáenz, Manuela Cañizares, Luisa Cáceres, Josefa Ortiz, Mariana Grajales y Bárbara Pereira.
“Siempre observé con tristeza la ausencia de los bustos de las mujeres que construyeron patria… y me hice cargo”, me dijo Ruth cuando la invité a exponer su obra.
Tal vez de eso se trate, que cada una de nosotras se haga cargo. Aquellas mujeres de la emancipación latinoamericana no mostraron las tetas, le pusieron el pecho y dedicaron su vida a hacer realidad sus ideales y principios. Hoy son bustos. Bustos que nos enorgullece mostrar.