Macri deja una ciudad incómoda para los porteños pero comodísima para funcionarios y amigos

Macri deja una ciudad incómoda para los porteños pero comodísima para funcionarios y amigos


A siete años de asumir el gobierno de Mauricio Macri deja una ciudad incómoda para los porteños, pero comodísima para funcionarios, especuladores inmobiliarios y contratistas amigos.

Deja una ciudad cómoda para las empresas de recolección de residuos que cobrarán 6.000 millones de pesos en 2015, pero incómoda para los vecinos que tienen sus veredas cada vez más sucias y para los recolectores que trabajan en una gran precarización.

Una ciudad cómoda para la especulación inmobiliaria. Incómoda para los más de 275.000 personas que viven en villas y para los inquilinos, que ya son un tercio de los hogares.

Una ciudad incómoda para todos los porteños que esperan la prometida construcción de diez kilómetros de subte por año, pero cómoda para los funcionarios que hacen negocios con las obras del metrobus.

Una ciudad cómoda para las empresas de seguridad privada que recibieron más de 2.000 millones de pesos en estos años. Incómoda para los vecinos de la ciudad que sufren la ausencia de la Policía Metropolitana.

Una ciudad incómoda para los que sufren la ausencia de vacantes es las escuelas, el vaciamiento de los hospitales, la ausencia de protección social. Incómoda para los que tienen que hacer colas a la madrugada pasa conseguir un turno hospitalario.

En síntesis, una ciudad cómoda para sus dirigentes. Una ciudad incómoda para la inmensa mayoría de los porteños que vieron como mejoró su vida de la puerta de su casa para adentro gracias al gobierno nacional, pero que sufren la ciudad “construida” por el macrismo.

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