“Mi relación con Moyano es nula. Solo tengo amistad con Facundo”, dijo Sergio Massa a un allegado que le preguntó si el líder de la CGT Azopardo podía sumarse al Frente Renovador después de octubre. “No creo, Hugo no me quiere”, respondió el intendente.
El interlocutor del candidato a diputado quedó sorprendido. Es que hacía poco venía leyendo y escuchando en los medios del Grupo Clarín –y en algunos otros– que la virtual alianza massismo-moyanismo estaba próxima a concretarse y que el líder camionero se aprestaba a abandonar a su socio electoral, Francisco de Narváez. Sin embargo, entre bambalinas y detrás del cerco mediático, las cosas están mucho menos definidas.
Ducha fría. Cuando se consulta a referentes moyanistas, se percibe un poco de recelo hacia Massa y la posibilidad de entregarle tan rápido el liderazgo del peronismo no kirchnerista a alguien que les genera un poco de desconfianza y a quien consideran con credenciales peronistas un poco insuficientes.
Juan Carlos Schmid, jefe del gremio de balizado y mano derecha de Moyano, reconoció a NU que “hubo más ruido mediático que otra cosa” en el supuesto acercamiento con Massa y que “después de la votación se verá el mapa político”. “Acá todo el movimiento de piezas comienza después del 28 de octubre, que no implica el cierre de ningún capítulo sino que se abre una etapa extensa hasta 2015 en la que van a opinar gobernadores, el movimiento sindical y muchos actores políticos. Ni Moyano podría anticipar cómo resultará eso”, reflexionó.
Más contundente aún, el apoderado del Partido Cultura, Educación y Trabajo (PCEyT) –la fuerza que lanzó Moyano este año– y responsable del armado moyanista en el Conurbano, Octavio Argüello, aclaró que con Massa se hablará tras las elecciones, “al igual que con todos los sectores del peronismo”. “Los medios toman lo que quieren y lo ponen como quieren, hay una actitud tendenciosa de Clarín, que quiere que (con De Narváez) nos bajemos. Sabemos que estamos entre dos poderes, el del Estado y el de Massa como candidato del establishment. Pero Massa tiene un proyecto personalista que es el de él. Es un fenómeno, y los fenómenos son eso, no son proyectos políticos”, fustigó en diálogo con NU.
Desde el Frente, si bien saben que la vinculación mediática con dirigentes como Moyano les es funcional porque les otorga densidad ante el electorado bonaerense, se manifiestan en el mismo sentido y les pegan una ducha fría a las versiones de una alianza con el camionero.
Héctor Daer, compañero de lista de Massa y delfín del jefe del gremio de sanitarios, Carlos West Ocampo, dice que “no se pueden tener posiciones diferentes entre los seis o siete dirigentes sindicales que habrá legislando en el próximo Congreso, pero eso no quiere decir que Moyano quede a disposición” del Frente Renovador.
“Moyano no se va a sumar a nada, tiene que hacer autocrítica antes por la construcción política que armó con De Narváez, y la lectura de las elecciones será que él eligió el camino equivocado”, expresó.
En tanto, uno de los confidentes de Massa recuerda en off que Argüello y el diputado provincial moyanista Jorge Mancini “operaron en contra del acuerdo Massa-Scioli y también mataban a Macri con declaraciones en la víspera del cierre de listas” y cree que el recelo entre el líder del Frente y el jefe camionero es porque “la generación de Hugo siempre te tira en cara que es más peronista; Massa y su equipo tienen una visión mas moderna”.
Uno de los puentes más fluidos entre el massismo y Moyano es la buena relación entre el líder sindical y Fernando “Pato” Galmarini, suegro de Massa. De hecho, ambos se juntaron a comer a principios de mes. Allí, “el Hugo” reconoció que sostendrá la candidatura de su amigo y jefe de los canillitas Omar Plaini (quien secunda en la lista a De Narváez) hasta el final.
Otras fábulas. El caso de Javier Castrilli, renunciado candidato denarvaísta a concejal en La Matanza, también fue presentado en algunos medios como una fuga al FR. El exárbitro se vio obligado a enviar un comunicado en el que, además de vilipendiar a De Narváez, ratificó su apoyo al proyecto presidencial de Macri 2015.
Hubo también chorros de tinta sobre el pase al massismo a fin de año del candidato a senador y ministro porteño Diego Santilli, teoría amplificada por Elisa Carrió para fortalecer a Pino Solanas. A la lista se agregó Cristian Ritondo, el otro emblema del Pro-peronismo. Pero, al ser consultados, ambos recuerdan que son fundadores del Pro y dan por tierra pegar el salto.
Aunque nada es imposible y menos en la política argentina, Santilli y Ritondo buscan pelearle al tándem Michetti-Rodríguez Larreta alguna posibilidad de suceder a Macri, mientras que el massismo por ahora elige a Graciela Ocaña para construir, después de diciembre, su fortaleza porteña. Macri, por el momento, respira tranquilo.