El próximo miércoles se tratará en el Senado el proyecto de ley de pago a los fondos
buitres, y muy probablemente será aprobado, quedando de ese modo “cerrado” este capítulo
parlamentario. El Frente Para la Victoria aportará votos sustanciales para la votación
positiva en la Cámara Alta, de la misma forma que lo hicieron el Frente Renovador, el
sector escindido de Diego Bossio o la centroizquierda en diputados. Mencionamos esto
porque expresa que, más allá de circunstanciales diferencias sobre montos y porcentajes en
la negociación, la inmensa mayoría de las fuerzas políticas con representación
parlamentaria acuerdan en la necesidad de pagarle a los holdouts y así “cerrar” el capítulo
del default abierto a fines de 2001.
Nuestra posición es la inversa. Nos oponemos al acuerdo –y por lo tanto a todo el proyecto
de ley en debate- básicamente por tres motivos. Los primero es que se trata de un auténtico
desfalco a nuestro país. Lo peor de la especulación financiera mundial recibirá ganancias de
hasta el 1.500%, a cambio de un endeudamiento de 12.000 millones de dólares a una tasa
de interés usuraria del 9% (que duplicará el capital de esta deuda en diez años).
Lo segundo es que el pago a los buitres ni siquiera garantizará que se cierre la situación de
litigio con los bonistas. Una gran cantidad de especialistas han alertado en estas semanas
que nadie puede asegurar que, en un futuro cercano, otros buitres (los que queden fuera de
esta acuerdo, o incluso los que entraron a los canjes 2005 y 2010 y ahora se encuentran con
que cobran “menos” que los nuevos) inicien nuevos juicios en Estados Unidos contra la
Argentina y todo vuelva a empezar.
Y el tercer motivo de nuestra oposición nos remite a la perspectiva a futuro. El discurso
oficial apunta a que, luego de realizar este pago, vendrá la “época feliz” en que, gracias a
que nos abrimos al mundo, tendremos crédito, vendrán capitales y habrá plata para
inversión productiva, obras de infraestructura, trabajo y desarrollo.
Advertimos que, del mismo modo que ya sucedió otras veces en las últimas décadas, nada
de todo esto sucederá. Probablemente habrá espacio para nuevas emisiones de bonos y
mayor endeudamiento, pero lo que ingresará al país serán centralmente capitales
especulativos que aprovecharán las tasas de interés y condiciones excepcionales que ofrece
Argentina para hacer nuevas “bicicletas financieras”. Generando la realimentación de un
mecanismo cuyo centro viene siendo tomar nueva deuda para pagar y refinanciar los
vencimientos de la deuda anterior, acelerando un ritmo de crecimiento desendeudamiento
que rápidamente, toma el efecto “bola de nieve”. Y que suele terminar, más temprano que
tarde, en una nueva crisis. Donde “otra vez”, nos pedirán que nos ajustemos para pagar “por
última vez”.
Frente a la “unanimidad” en el pago a los buitres, nosotros planteamos un proyecto
alternativo para sacar al país adelante. Afirmamos que hay que terminar con esta historia de
saqueo que ya lleva más de 35 años, comenzando por no pagarle un peso a los buitres, en la
perspectiva de dejar de pagar toda la deuda externa, por ilegal, inmoral e impagable,
volcando todos esos recursos para las más urgentes necesidades de salario, trabajo, salud,
educación y vivienda.
*José Castillo (Profesor e Investigador de la UBA- Economista del Frente de Izquierda)