Más allá de algunos antecedentes puntuales en la democracia moderna, podrá concluirse que en este rubro también Menem lo hizo. La irrupción de caras famosas en las listas electorales avanzó en los 90 como un minivendaval de la mano de una política desideologizada. Dos de los exponentes de aquel fenómeno político-cultural hoy buscan llegar a la Presidencia. Y, a su modo, en veredas opuestas pero con discursos similares, buscan emular a aquel riojano que los sedujo para acercarse (más) al poder. Daniel Scioli y Mauricio Macri están a la caza de figuras conocidas para engordar sus listas electorales. Así, de a poco, con más voluntad que efectividad y dudoso futuro, se va formando una nueva legión de precandidatos famosos.
Después de pensar y explorar acuerdos electorales más tradicionales en votaciones pasadas (primero con los retazos del PJ anti-K y luego con el radicalismo), el ala más pura del Pro parece convencida en estas horas de volver a ciertos orígenes. Hay un cuarteto que entusiasma particularmente al macrismo, como prueba de la fórmula. El cómico santafesino Miguel del Sel, el exárbitro Héctor Baldassi, el ruralista anti-K Alfredo de Angeli y el exfutbolista Carlos Mac Allister. Son los ejemplos exitosos del plan.
El ex-Midachi, que sorprendió y asustó a los propios en las elecciones de 2011 cuando por un momento se creyó que podría ser gobernador, irá nuevamente el año próximo por ese cargo. En el medio, tuvo una exitosa performance en 2013, con un segundo lugar en la provincia debajo de Hermes Binner y por encima del kirchnerismo, y una polémica renuncia a su banca de diputado. Para 2015, el Pro de Del Sel comenzó un coqueteo con el radical Mario Barletta. Beneficio mutuo, aunque sea provisorio: el macrismo local deja de parecer una construcción unipersonal, y Barletta, que también quiere ser gobernador, usa el flirteo con el Pro para presionar a sus aliados socialistas, que se sienten dueños del espacio tras las gestiones de Binner y Bonfatti.
En el caso de Baldassi, el tercer lugar obtenido en Córdoba el año pasado también lo dejó en un lugar expectante. Es el nombre que puede aportar el Pro para el incipiente acuerdo local con el radicalismo (con Oscar Aguad y Mario Negri a la cabeza) y el juecismo (de Luis Juez). Para esta provincia, el macrismo ya alistó a dos de los famosos de segunda generación. El golfista Eduardo Romero y Felipe Lábaque, presidente del club Atenas de básquet. La aspiración del Pro sería colocar al vicegobernador y tener posiciones expectantes en las listas de legisladores nacionales. Pensando en una eventual presidencia, Macri necesitará engordar su pequeño lote de diputados y senadores.
También el macrismo está muy conforme con el presente del ruralista Alfredo de Angeli. De discurso simple, algo acotado pero efectivo (al menos entre la gente del campo), el actual senador se encamina también para la carrera por la gobernación. El escenario no es simple: el peronismo/kirchnerismo viene con una larga hegemonía en la provincia, que, creen en el Pro, solamente podría ser quebrada (como en Córdoba) con una alianza con la UCR. El gobernador K Sergio Urribarri mira los pasos de este espacio con cuidado. Tanto que, pese a menear una inverosímil precandidatura presidencial, analiza (como otros) adelantar las elecciones locales para no quedar arrastrado por una eventual derrota presidencial del oficialismo. Lo hace en nombre de otros: como ya reeligió en 2011, Urribarri no puede volver a candidatearse al mismo cargo. ¿Encabezará la lista de diputados?
Uno de los armadores del Pro en Entre Ríos, el presidente del Banco Ciudad, Rogelio Frigerio, tiene anotado a un exfutbolista para intentar sumar al espacio. El mundialista Gabriel Heinze, aunque está identificado y se retiró en Newell’s Old Boys de Rosario, nació en una localidad entrerriana, Crespo. Hay poca expectativa de que quiera sumarse pero el nombre está en la lista.
Otras apuestas del macrismo en el rubro famosos no están dando el resultado esperado. El ultramenemista Ramón Díaz, ex-DT de River, acaba de confirmar que por el momento no puede aceptar el ofrecimiento que le hizo su casi amigo Mauricio Macri para pelear la gobernación. Pese al baldazo público, en el Pro no dan el tema por cerrado. Insistirán con una eventual candidatura legislativa.
Otro referente del fútbol, el joven presidente de San Lorenzo, Matías Lammens, también agradeció los contactos al macrismo pero dijo que por el momento no se sumará a la política. En privado agrega que, cuando lo haga, por perfil ideológico no lo hará en el Pro. Lammens es otro de los que tiene contacto fluido con Frigerio: el Banco Ciudad auspicia al campeón de América. Hace poco, el titular del club de Boedo se comunicó con el economista. No era para hablar de política: ahora que el equipo va bien le pidió 25 millones de pesos por año para seguir con el auspicio.
El sciolismo no se diferencia demasiado y mira con gusto el rubro futbolístico. El exjugador de Boca y River y funcionario bonaerense Carlos “Chino” Tapia fue impulsado por Scioli como su candidato en San Miguel. Más allá del entusiasmo inicial, la figura de Tapia no estaría generando demasiada expectativa en un distrito complicado y gobernado por el ex-K y actual massista Joaquín de la Torre. Las vueltas de la política: como además de jefe comunal De la Torre también es dirigente de San Lorenzo, meses atrás lo tanteó a Lammens. Recibió el mismo “gracias, pero por ahora no”.
En su clan de famosos, que incluye a su propia esposa, la exmodelo Karina Rabolini, el gobernador bonaerense también fogoneó el desembarco político del exarquero de la Selección Sergio Goycochea en Vicente López y del humorista Pachu Peña en Santa Fe. También en el sciolismo se pensó en el campeón de kick boxing Jorge “Acero” Cali. Apuesta riesgosa: las fotos del peleador como guardaespaldas de Guillermo Moreno chocarían con la idea de campaña buena onda que busca transmitir Scioli.
La fragilidad de estos armados prometen novedades minuto a minuto. Después de emerger como defensores de una supuesta mano dura para combatir la inseguridad, el peluquero Fabio Cuggini y el actor Ivo Cutzarida recibieron llamados del macrismo, el sciolismo y el massismo. Movimientos indefinidos para estrellas fugaces. Política siglo XXI. Vale todo.