Ocho años conduciendo el gobierno como Jefe de Gabinete es haber estado ocho años gobernando. La perpetuación en el poder de gobierno, como ya sabemos, es tan atractiva para quien gobierna como negativa para quienes son gobernados.
La democracia necesita cambios de aire. En este caso, aun cuando el proyecto es el mismo y cuando hay que conservar las cosas bien hechas que las hubo, resulta imprescindible un cambio de refresco. Es una etapa diferente donde a la eficiencia hay que sumarle sensibilidad social.
Solamente así las cosas positivas se terminan consolidando para convertirse en sustentables. En el caso de la interna del PRO, Gabriela Michetti representa esa suma de sensibilidad social. Horacio Larreta por el contrario, representa la posibilidad de la consolidación de los intereses propios de los largos ocho años de gestión.
Esta realidad no descalifica a Larreta, expresa la potencialidad de Gabriela. Si en algún momento Mauricio Macri creyó que ella podía gobernar la Provincia de Buenos Aires, que duda puede haber en cuanto a gobernar la ciudad.
Es tiempo de mejorar la Salud Pública y la Educación, de atender la demanda por la calidad ambiental y la calidad de vida, de mejorar la movilidad y hacer crecer la infraestructura de servicios, de promover el turismo internacional, y de terminar de instalar a nuestra ciudad como un punto obligado para el mundo desarrollado.
La función pública y el ejercicio de ella ininterrumpidamente generan falta de objetividad y una mirada sesgada. Siempre es positivo cambiar, darle un aire fresco a la gestión. La energía y el oxígeno de lo nuevo pone ante la sociedad una nueva expectativa, un nuevo desafío, donde gobernantes y gobernados vuelven a restablecer el espíritu de la representatividad.
Los compromisos que condicionan el cambio, son más fáciles de romper. Nadie le debe nada a nadie ni establece las reglas para su sola conveniencia. Se abren las puertas a nuevos actores, nuevas ideas y proyectos.
La Ciudad Autonoma de Buenos Aires, tiene el enorme desafío de establecerse como el nuevo Estado con autonomía plena. Ya no basta con solo atender sus problemas municipales. Necesita de un gobierno que pueda ampliar todos los poderes de un Estado Republicano.
Es tiempo de sumar sensibilidad a la eficiencia y con ello multiplicar positivamente los resultados de una gestión de gobierno, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Gabriela Michetti, sabe y puede superar lo realizado hasta hoy en nuestra ciudad.