¿Por qué Cristina no sacó la Asignación Universal sin tanto alharaca si después de todo, las elecciones del 2009 las perdió por no haber hecho nada por los pobres? ¿Por qué el kirchnerismo no pagaba al FMI como el FMI pedía sin hacer de eso un relato épico si después, como ahora, íbamos a tener una versión pelotuda de Remes Lenicov en Kicillof, mangueando endeudamiento?
La respuesta es muy simple: por que no hubieran podido robar todo lo que están robando sin ese manto telúrico de la opo y la corpo.
La batalla cultural, la ley de medios -que no quiere, el gobierno mismo, aplicar: las pruebas están a la vista; la utilizan como bandera de extorsión ante las constantes denuncias de enriquecimiento- y el llamado, por la misma presidente, “relato” tenían la función de encubrir penalmente la ola de robos sistemáticos de una banda de atorrantes cuyo único objetivo era saquear las arcas públicas.
¿Que muchos nos creímos eso?
Sí y no.
También sirvió para correr algunos límites, dar debates necesarios y avanzar, hasta donde se pudo, con un ideario que no todos abrazamos con el oportunismo de la cavallista hoy fugitiva del puesto para el que se postuló y que tan caro nos sale.
Bajo la convicción, que se demostró correcta, de que cuando giren a la derecha quedarían atrapados en su propia trampa. Eso le pasa hoy a los gánsters del gobierno nacional.
Moraleja: jamás votemos a nadie por ser la viuda de un buen ex presidente.