Cuando en Agosto de 2010 el Gobierno de la Ciudad comenzó a plantear los trabajos de refacción en el Teatro san Martín, muchos dudamos de lo que vendría. Dos años después la Legislatura aprobó un proyecto que establecía la subasta de alrededor de 17 inmuebles ubicados en zonas importantes de la Ciudad (artículo 4º de la ley 4272) para financiar la obra. En 2013 el entonces Ministro de Cultura de la Ciudad, Hernán Lombardi, lo anunció como un proyecto multimillonario para la rehabilitación y modernización de la infraestructura del Teatro, con un costo de inversión de $72 millones. Luego otro ex Ministro de Cultura, el negacionista Darío Lopérfido, sumó otros 250 millones porque cuando asumió su cargo en diciembre de 2015 las obras estaban en apenas un 20%, según dijeron.
Lombardi prometió que las obras se realizarían con el teatro abierto y funcionando, y el titular de Desarrollo Urbano, Daniel Chain, afirmo que “para 2014 el teatro estará a nuevo”. En el año 2016 Rodríguez Larreta decide cerrar el teatro alegando que era imposible terminar de otro modo las obras, y prometen para Mayo de 2017 la finalización de la obra. Hoy nos enteramos que llegarían al 25 de Mayo “cortando clavos”.
El resultado dista mucho de ser el prometido por el PRO: hace seis años que el teatro está en obra; no se cumplieron ni los plazos originales ni los nuevos; prometieron actividades reducidas pero al día de hoy el teatro permanece cerrado; esta es la tercera postergación, siendo la primera con una programación ya en marcha; y no existen registros presupuestarios, lo cual preocupa siendo una obra multimillonaria.
El Teatro General San Martín, inaugurado en 1960, es un ícono central de la cultura Porteña. Se trata de una institución que siempre supo mantener su calidad artística sin perder de vista lo popular, siendo uno de los más visitados por el público nacional e internacional. Cuenta con tres salas teatrales, un cine, varios salones para exposiciones y una fotogalería, distribuidos en tres cuerpos, trece pisos y cuatro subsuelos. Además es la sede de la compañía estable de Ballet Contemporáneo y del Grupo de Titiriteros, reconocidos a nivel internacional.
Así como con el Teatro Colón, cuya “restauración” implicó el achicamiento de sus actividades y de su planta de trabajadores luego de interminables obras, el San Martín corre el mismo peligro. Mientras se persigue a los centros culturales alternativos, lo que motivó que impulsáramos una Ley para protegerlos en la Legislatura porteña, se mantiene cerrado el teatro más importante del circuito oficial. El Gobierno de Larreta continúa la política de Macri, de darle la espalda a la cultura de nuestra Ciudad. No al vaciamiento del Teatro San Martín.